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El diputado de Vox en el Parlament balear, Xisco Cardona, elegido por la circunscripción de Menorca, anunció ayer que deja de militar en esta formación política, pero continuará como parlamentario autonómico no adscrito. Afronta una nueva etapa en la que tendrá escasa capacidad de maniobra en la Cámara, al ver limitada su acción parlamentaria por las restricciones del reglamento. El portazo de Cardona a Vox acentúa la crisis de este partido, que, junto con las formaciones de izquierda, ha paralizado la aprobación del techo de gasto de las cuentas del Govern, requisito imprescindible para tramitar la Ley de Presupuestos del 2024 de la Comunidad Autónoma en el Parlament. Un escenario que perjudica al Govern de Marga Prohens, al ver retrasadas sus iniciativas.

El trasfondo de estos desacuerdos es la exigencia del sector duro de Vox-Baleares, que se ha impuesto, para aplicar ya la libre elección de lengua en la educación en Balears. Cardona utiliza términos muy ásperos -chantaje y coacciones- al denunciar las presiones de Vox al PP para implantar esta medida. Desde todos los ámbitos se observa con estupefacción esta crisis que se desconoce cómo y cuándo se cerrará.