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Las peores previsiones de los pescadores de barcas de arrastre de Balears se han cumplido: en 2024 tendrán que aplicar en sus capturas una reducción del 9,5 por cien. Con esta exigencia de la Unión Europea se alcanzará el máximo establecido por las autoridades comunitarias, del 40 por cien. Una medida que se aprobó en 2017 y se aplica desde 2020, incluida en el plan plurianual para los recursos pesqueros del Mediterráneo occidental.

Con este criterio, las seis barques del bou con base en Menorca tendrán que reducir su actividad, de manera que solo podrán faenar 130 días al año, en lugar de los 170 actuales. Esta normativa de la UE condena a la pesca profesional en Menorca a la desaparición, encarece el precio del pescado, cada vez hay menos capturas y, como producto local, es sustituido por los congelados que se venden en las grandes superficies.

Un error y un despropósito motivado por la miopía de las autoridades comunitarias al unificar todo el Mediterráneo español con los mismos criterios. En Balears, con 1.400 kilómetros de costa, hay 30 arrastreros, mientras que Valencia y Cataluña, con el mismo litoral cuentan con 440 embarcaciones. La UE ahoga la pesca en Menorca.