TW

Podemos ha consumado su ruptura con Sumar y sus cinco diputados han marchado al Grupo Mixto del Congreso. Se trata de la crónica de una ruptura anunciada, cuyo impacto se desconoce. Las discrepancias entre el partido de Ione Belarra y la coalición liderada por Yolanda Díaz vienen de lejos a pesar de concurrir juntos a las generales del 23-J. De hecho, las negociaciones previas a los comicios ya resultaron muy complejas.

Podemos incumple el acuerdo bilateral firmado con Sumar. Uno de los puntos del pacto establece que se formará «un solo» grupo y que Podemos se compromete a permanecer «durante la completa duración de la legislatura». Su entrada en el Grupo Mixto convierte el documento rubricado por Belarra en papel mojado, pero también retrata su capacidad para erosionar su propia credibilidad. Podemos, que se incorporó a Sumar forzado por los pobres resultados que obtuvo en las autonómicas, lo ha puesto casi todo patas arriba cuando el escenario le ha concedido cierta ventaja. Al marchar al Grupo Mixto dispara otro misil al Gobierno de coalición que lidera Pedro Sánchez, que probablemente llegue exhausto a los primeros cien días de su tercera legislatura. Y para eso todavía falta.

Podemos también ha entregado una buena carga de munición a la oposición. No son de fiar y eso en política siempre se acaba pagando.