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El equipo de gobierno del Consell de Menorca, encabezado por el presidente Adolfo Vilafranca, empieza el año sin tener aprobados los presupuestos. La consellera Maite de Medrano, de Vox, se alineó con el PSOE y Més per Menorca para votar en contra de las cuentas de la institución insular, redactadas por el PP, para 2024, que ascienden a 162,5 millones de euros, la cantidad más alta en la historia del Consell.

Esta próxima semana, cuando se cierra el periodo festivo de las celebraciones de Navidad, fin de año y Reyes, a las que, en el caso de Menorca, hay que añadir las celebraciones de Sant Antoni, y empiece el periodo de normalidad, se conocerá la trascendencia real, para quienes desempeñan el gobierno insular, de gestionar con unos presupuestos prorrogados.

Es una situación inédita que exigirá y equilibrios tanto al presidente Vilafranca como a sus consellers. Los desacuerdos políticos tienen un límite, que consiste en el respeto y la salvaguarda de los intereses generales. Quienes son elegidos por los ciudadanos en las urnas han de aportar propuestas y medidas que mejoren la vida de los menorquines, y solucionen sus problemas. La oposición ha de ser mesurada e inteligente.