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El trágico incendio que ha destruido 131 viviendas en dos bloques de pisos de reciente construcción en Valencia, con la dolorosa pérdida de vidas humanas, ha puesto sobre la mesa la utilización de materiales que puedan favorecer la propagación de las llamas. O, por el contrario, por su naturaleza ignífuga, evitar que se extienda el fuego e impedir una catástrofe.

Según los arquitectos consultados por «Es Diari», el riesgo de que en Menorca se repita un suceso de esta magnitud es mínimo, pero es preciso tener en cuenta y recoger una importante advertencia: no se cumplen las inspecciones, de obligado cumplimiento, en los edificios. Nos referimos a la Inspección Técnica de Edificios (ITE), preceptiva para las construcciones con más de cincuenta años.

Estas revisiones deben llevarse a cabo y los propietarios deberían ser los primeros interesados en que se acometan, en lugar de eludirlas o demorarlas. Las inspecciones permitirían detectar posibles daños estructurales, vicios ocultos o alteraciones. También si se cumplen las normativas de prevención y extinción de incendios. Urge, pues, una campaña de concienciación y que las administraciones exijan el cumplimiento de esa norma.