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Las informaciones que publicamos hoy sobre la Casa de la Infancia de Maó revelan una serie de irregularidades y deficiencias en su gestión que se arrastran del anterior mandato. Esta institución, cuya gestión depende del Consell insular, estaba inmersa en una situación de descontrol que no garantizaba la eficaz atención ni protección de los menores asignados a su tutela. El expediente disciplinario abierto a la que fuera directora del centro entre la primavera de 2021 y enero de 2022, Inmaculada Granell, y su posterior destitución ha destapado esta mala gestión de la atención a los menores.

La documentación a la que ha tenido acceso «Es Diari» revela que el personal no estaba debidamente formado, era insuficiente y según asevera Granell, «no daba abasto para reflejar absolutamente todo lo que ocurría en el centro». El número de menores a atender era «excesivo», mayor que las plazas disponibles, «con problemas de salud mental y de socialización de casi todos ellos», y sin separación entre sus distintos «perfiles». Eso hacía que convivieran jóvenes que «debería ser asistidos en tres centros diferentes». Cohabitaban los adolescentes aquejados de discapacidad intelectual con los diez que sufrían problemas psiquiátricos graves. En conjunto, un gran número de irregularidades    que demandan explicaciones y cuestionan el cese de la directora de la Casa de la Infancia, Inmaculada Granell.