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La presidenta del Govern, Marga Prohens, afirmó ayer en el Parlament que no permitirá que «se rompa la convivencia» en Balears por cuestiones lingüísticas. Subrayó que esta es una comunidad autónoma «con dos lenguas» y que «el bilingüismo es una riqueza que se vive con normalidad en las calles y en las familias», algo de lo que dijo «sentirse orgullosa y que, por tanto, este Govern va a defender». Fue la respuesta al portavoz de Més per Mallorca, Lluís Apesteguia, quien le pidió que «abandone» los pactos con Vox en contra del catalán, que «le llevan por el camino del bauzanismo», en alusión a José Ramón Bauzá.

Mientras las formaciones de izquierda y la OCB instan a Prohens que «vuelva a los grandes consensos» y que desista del plan de «segregación lingüística en las aulas», la presidenta del Govern sostiene que «para volver a los consensos este Govern debería de haber roto alguno». Estas discrepancias reflejan la disparidad de posiciones. Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística certifican que, con el cambio demográfico, un 54 por cien de las familias habla en castellano y solo un 27 por cien en la lengua propia, el catalán. Corresponde a los poderes públicos, y el Govern debe liderar esta iniciativa, proteger, defender e impulsar la lengua propia. Es una riqueza y un signo de identidad que reclama decisión, firmeza y convencimiento.