TW
0

Desde su toma de posesión como presidente de Estados Unidos, Barack Obama ha dado un primer impulso a su política exterior que puede aportar aires de cambio en Oriente Próximo.

La secretaria de Estado, Hillary Clinton, expresó hace unos días un claro interés por la creación del Estado palestino como vía idónea para la pacificación y convivencia en esta conflictiva zona. Y ayer se produjo otro hecho muy significativo: El primer ministro palestino, Salam Fayad, ha presentado su dimisión al presidente Mahmud Abbas para facilitar el camino de reconciliación entre Hamás y Al Fatah y poder formar un nuevo gobierno de unidad nacional. Habrá que aguardar sin embargo al resultado de la reunión de ambas organizaciones en El Cairo para comprobar si es factible el acuerdo. Al mismo tiempo, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia se ha mostrado a favor de prohibir el despliegue de armas nucleares en Oriente Próximo, una declaración que Sergei Lavrov ha efectuado tras reunirse con Hillary Clinton en Ginebra. Oriente Próximo es un punto caliente y de ahí que Obama haya apostado por intensificar sus esfuerzos diplomáticos para acabar con la tensión en la zona.