Los 3 hermanos José, Pedro y Guillermo Gardés Montañés practicando por caminos y vericuetos

TW
0

Margarita Caules Ametller
De ser cierto, que una imagen vale más que 1000 palabras, podría dar por finalizada la presente xerradeta. Presente estás en mi retina infantil pasajes de la infancia de Guillermo Gardés, aquel niño con el que me topaba de camino a la noria de mi padrino Francisco Cardona Llull, aparcero des Muret. Al paso por la calle del Castillo, los chavales vecinos del lugar pedían con voz vehemente que les dejara subir al carro, el mismo que poco antes hacía el camino a la inversa repleto de sacos y cajones de verduras y hortalizas, depositadas en la plaza del mercado para ser vendidas.

La privilegiada situación de aquel pedazo de nuestro Mahón era innegable, rodeados de norias, sa sínia de la Plana, Can Bep Frare, d'en Guela, de can Garcia, de sa Morera, des Moret, sa sínia des Vall, y me paro en lo alto de la Cala Figuera sin adentrarme en es camí Verd, con la d'en Robadones, Matxani?

Guillermo, nacido en Mahón, el segundo de una familia dedicada al ramo de platería por línea materna y que su padre le dio continuidad, convirtiéndola en próspera. Su hermana Tere fue la mayor.

Para adentrarnos en la familia Gardés Pons, es preciso trasladarnos en los parajes de Trebalúguer, con su paz y la armonía propia del lugar, donde después de la guerra del 36-39 varias familias cultivaban esparcidos huertos y viñas. Aquellas gentes se trataban con cariño y amistad, tanto que llegaron a convertirlo com un petit poble, con su capilla adecentada y ornamentada por el señor Gardés, al cel sia, que no le importaba hacer de recadero yendo y viniendo en busca de aquel ejemplar sacerdote ciudadelano tan querido y recordado no tan sólo por los componentes de la Capilla Davídica, sino también por los habitantes de Trebalúger, don Guillermo Coll fue por siempre referente del matrimonio y sus hijos.

Recuerdo que al escribir la historia de Los Monederos de Malla, su madre, la señora Ana, ya me explicó de aquellos sábados que su esposo subía hasta el lugar, cargando las cestas i embolics en una recién adquirida bicicleta, un lujo, deberían pasar varios años a poder adquirir el deseado automóvil. El Mahón de los años 40 no podía ser de otra manera, la escasez de lo primordial conducía a ello, a saber sobrevalorar lo poco que se tenía, que representaba molta cosa. Mientras ella lo hacía con el coche de línea que desde la plaza del Bustamante, los dejaba en Es Castell, finalizando el trayecto siempre acompañada de sus hijos, donde eran esperados por el padre. Aquel largo trayecto a pie se hacía con ganas e ilusión. A buen seguro que no debía ser lo mismo al regreso, los hermanos regresaban cruixits i rebentats.

El campo, el juego con los vecinos del lugar, lo indujeron a una gran estima por el reino animal, inculcado por los suyos a respetarlos, y así fue y continúa siendo, apasionado de la naturaleza que junto a su esposa han sabido infundir, a sus tres hijos y hoy a sus cuatro nietos, 3 niñas y un niño, mostrándoles lo que antaño hicieron con sus hijos. Largas estancias en la dehesa, jugando en la campiña, vigilantes de cómo iba creciendo el labrantío, respetando los sembrados, enseñándoles a conocer las infinitas clases de aves, intrépidos moradores que hacen suya, los cobertizos, boyeras e incluso la casa de los labriegos. Y esta nueva generación de los Gardés vigilan expectantes las correrías de las cabras y rebaños por las lomas del lugar, mientras el chiquitín insistente se desharía de los amorosos brazos de l'avi, para entrar en la pocilga, para darse unos revolcones como si fueran unos más de los muchos muñecos de trapo que le contemplan en su habitación.

Allí en Trebalúger, con apenas 4 años, Guillermo fue subido por vez primera sobre el lomo de uno de aquellos asets d'Alger, tirando de pequeños carretones, repartiendo en los comercios de nuestro Mahón. De esta manera tan sencilla se inició a colcar. A la misma edad hizo lo propio con José, el mayor de los hijos, y habrá que hacer una xerradeta con el mismo, por ser un auténtico enamorado del tema. Participando todos los domingos en el Hipódromo, viviendo y dedicándose al mismo.

¿Cuándo se decantó y cómo fue su participación al trote?
Al igual que la mayoría de mi edad, en los dominicales del campo del Menorca. Después vendría las visitas a la finca de Llinàritx, en donde Anselmo, constructor de Es Castell, persona excelente, tenía en aquel lugar un caballo llamado Sheltic, disfrutaba el montarlo y sin darme cuenta me fui aficionando, a la vez que siempre recordaba cómo lo habían hecho aquellos hombres, que siendo yo un mozalbete, tanto admiraba en el estadio, Butxaca, en Toni de sa legia, Victoriano Mata. Con el tiempo añadiría en el largo listado de figuras imperecederas, hombres como Pepe de Llinà­ritx, maestro de maestros, del que tanto se puede y debe aprender. Parot, con su estilo tan característico y otros muchos que en estos momentos me es difícil poder ir citando a cada uno de ellos, no obstante, no puedo ni dejo de reconocerles sus cualidades y méritos, que fueron muchos.
Hacer una mención especial al campo del Menorca, la historia del actual Hipódromo de Mahón va estrechamente ligada con aquél desde 1933, fue el primer eslabón, la cuna del actual, donde nuestros antepasados se concienciaron había un vacío a llenar, no todos eran ciclistas ni futboleros, ni regatista, otros se decantaban hacia el noble bruto, como le llamaron.

¿Qué recuerda de aquel nuevo Hipódromo, de la carretera de Sant Lluís?
Que todo Mahón hablaba del mismo, los mahoneses y los aficionados que siempre fueron una gran mayoría, entre hombres del campo y los urbanos. Fue una inyección de coraje y alegría el saber que podrían contar con un lugar idóneo para aquel deporte de procedencia remota, tanto que es dificilísimo poder hablar de su nacimiento, si bien es fácil adivinar que fueron los campesinos con sus bísties de faenar, los transportistas e incluso los señores que poseían de medio de transporte, que por cierto eren comptats.
A partir de aquel momento, el Hipódromo fue punto de encuentro junto a mi esposa y mis hijos, adquirí unas cuadras y a Viuty, hijo de Greco y una yegua de Subaida. Y empecé a correr, no tan sólo en Mahón, me trasladaba a Ciutadella, e incluso participé en Alemania.
De aquellos inicios del Hipódromo, no puedo olvidar a personas que me ayudaron y apoyaron, llegando a unirnos una gran estima. Miguel Carreras butxaca y el popular Toni de sa legia, junto a Victoriano Mata, que cuidó de mis cuadras hasta que debió dejarlas por motivos de salud, y como siempre Pepe de Llinàritx, impulsor a mi afición.

Con el transcurso del tiempo, ¿de cuántos caballos llego a disponer?
Viuty siempre fue la mascota de la familia, pero hubo otras , Oronella, Dodge, Severo, Mister Lance, Listo, Ciglon Mora, Teyde y otros, bautizando las cuadras bajo el nombre de Jopegui.

¿Llegó a ocupar algún cargo?
El de presidente, por dos veces. Intentando trabajar en beneficio de la entidad y no defraudar a sus componentes, algo totalmente difícil, ja que mai se fan ses coses a gust de tothom.

¿Qué destacaría de su paso por la entidad?
El pago que se hizo de 500.000 de las antiguas pesetas, en 1977, importe a que ascendía la deuda en concepto de la construcción del hipódromo. No hay que olvidar que el Ayuntamiento mahonés cedió el terreno, pero las obras fueron a cargo de la sociedad.
Otro detalle a destacar, las personas que componían la junta directiva, todos ellos muy activos, muy participativos, siempre dispuestos en colaborar y aunar esfuerzos de cualquier tipo. Fue muy gratificante el poder contar con aquel grupo, de lo contrario jamás hubiese podido acceder, casualmente al mismo tiempo ocupaba el cargo de concejal en el ayuntamiento, sin olvidar el negocio familiar como fabricante de cadenas , que debía estar al pie del cañón, como cualquier otro ciudadano de este país, ante su puesto de trabajo. El poder atender a todo ello, tiene un nombre, Ana María, a la cual debo darle una vez más las gracias por su apoyo, jamás protestó de ninguna de mis aficiones y mis dedicaciones, que siempre fueron muchas, antes bien todo lo contrario, hicimos de la familia un clan de unión, los dos junto a los 3 hijos anàvem per tot, por el campo, en barca y por supuesto el Hipódromo?
Otro factor que me ayudó fue el tener que viajar por motivos de trabajo, a raíz de los mismos observe el funcionamiento de los hipódromos extranjeros. Principalmente los alemanes, de los que tanto se puede aprender.
Precisamente de aquel país vino ex profeso un equipo como intercambio, la titulamos, 1ª Carrera Internacional. El Hipódromo se convirtió en una auténtica fiesta, recibiéndolos con bailes típicos menorquines , con sones de fandango, haciéndoles una demostración del consabido jaleo que tanto les impacto. A raíz de esta invitación, el doctor Burjan presidente europeo de los clubes, nos abrió las puertas de par en par, dándonos entrada y cabida a la nueva Europa, digo nueva ya que así sería desde aquel momento para los menorquines. Burjan, con su amabilidad, una vez puesto en contacto con nosotros, invitó a Antonio Orfila, meritorio veterinario, a pasar un mes, en unos hipódromos alemanes, aprendiendo nuevas técnicas, a buen seguro, el cambio de contacto fue enriquecedor por ambos lados.
A raíz del mismo, nació en Menorca en 1986 el Club de Damas del deporte hípico. Siendo la 1ª presidenta mi esposa Ana María Montañés; vicepresidenta, Marga Tudurí; Tesorera, Juana Pons; Secretaria, Caty Pons; Vocales, Magdalena Teixidor, Margarita Sintes, Cristina Batty y María Anita Morey. El grupo formado por 30 mujeres jamás podrán olvidar aquella 1ª reunión, coincidiendo casualmente con el fatídico 23 F. Podría decirse se trataba de una más de las muchas pruebas que las féminas debían solventar ante los varones, no todos lo aprobaban por un igual. Curiosamente, pocos fueron los que creyeron en el nacimiento del grupo, no daban crédito a que las mujeres fueran constantes, sorprendiéndoles. Con el paso del tiempo han corregido su error, felicitándolas por su arraigo, coraje, valentía, tesón y voluntad.

¿Qué opinión le merece la diada hípica, que tan acertadamente usted tuvo la feliz idea de organizar?
Que fue muy acertada, la prueba es que todos los años se viene celebrando. El mayo de 1986, el Hipódromo de la carretera de Sant Lluís se vistió de gala, aceptada por todos, volcándose en un apretado programa. Recuerdo que las listas estaban cerradas y continuaban las inscripciones, llegado el caso de varios propietarios de trotones que prácticamente exigieron que sus caballos pudieran hacer 2 carreras en un mismo domingo y la sociedad, pese a ser contraria a ello, cedió en atención a las ganas de colaboración.
Copio textualmente parte de la crónica del diario Menorca aparecida el sábado 23 de mayo de 1987 en la II ª Diada, firmada por M. Pons, dice así:
La primera carrera de trote de la mañana, que la especial para damas de la tarde, estarán formadas ambas por caballos que repetirán carrera, dándose el caso de Fay Fay M, que por la mañana correrá, en la modalidad de galope y por la tarde lo hará al trote con las damas.
Abrió la jornada en el cros el caballo Mi Sol perteneciente al General Gobernador Militar de Menorca y que anteriormente perteneció a la Princesa Cristina.
La secretaria, Margarita Sintes, añadía: La animación es tal que no solamente entre los participantes, sino aún más entre el público aficionado, dado que son varios hoteles que han contactado con la sociedad, para que puedan acudir varios grupos de turistas dado que los franceses, ingleses, alemanes e italianos, son grandes aficionados a la hípica y esto junto a la menorquina y española en general , hace prever un lleno hasta los topes en una jornada que empezará a las 10 de la mañana y cerrará a las 9 de la noche.
Así fue, tal como se preveía, calificándose de un éxito para la afición y para los organizadores. El caballo fue el protagonista de la diada, sólo se notó las bajas de los sementales del estado, Jorim Assa y Kurde.
En el primer cros de la mañana venció Misol, seguido de Roky y Gringo? Se continuó con el trote donde venció De Marta JB, seguida de Furia y Hermosa de Fair, para dar paso a una exhibición de saltos de los caballos navarros que terminaron con una carrera al galope donde venció el extraordinario Rocky, seguido de Palomino, Chispa, Quiles y Chianty. El público entusiasmado ante la habilidad de estos jóvenes jinetes y amazonas, les premió, lo mismo después de los saltos con enfebrecidos vítores.
En la especial para potros de 2 años venció Maite, seguida de mister Exact y Menorquín. Siguiéndole un autostart donde resultarían vencedores Jimmy P. Darioca y Tonkin d´Or, en una apretada llegada con sólo 4 décimas de segundo entre el primero y el tercero.
La exhibición del jovencísimo Ignacio Benítez con su poni Terry fue todo un espectáculo, heredero de la casta Benítez que tantos triunfos han dado a la hípica de la isla.
La demostración del caballo español no faltó, siendo admirado y muy aplaudido, al igual que las dos carreras de galope, en las que hubo ataques, esperas, vigilancias pero nadie pudo batir a Zumbon Mora que, colocándose en primera posición desde la salida, no dejó que nadie le adelantara, terminando con una magnífica última recta de llegada, con un codo a codo con Kecrops, impresionante, donde ambos caballos hicieron gala de la gran clase que tienen . El 3º puesto fue para Ben Hur en un gran remate final. Cerró la diada la actuación del Club de Escola Menorquina de Ferreries, que como siempre demostró su clase, sabiduría, su pulcritud?
Con la particularidad que en aquel tiempo no se disponían de tantos caballos como en la actualidad, se tuvo que estudiar cómo participar, ya que hubo, saltos, doma menorquina, trot, corregudes. Exhibiéndose caballos de Menorca y de raza inglesa. Hubo un apartado infantil, que resultó muy simpático, un grupo de chiquillos van fer corregudes d'ases.

¿De qué color es la camisa de su cuadra?
De un fuerte amarillo tirant a carabassa completada con un trasversal en color negro, tonos que con satisfacción luce su hijo José, aquel niño que a los 4 años conducía a Grillo y tanto lloró su ausencia.

La tarde pasó en un santiamén, el tema muy agradable y la compañía mucho más, quedando en encontrarnos de nuevo, para escuchar plácidamente de cuanto significó para Guillermo su paso por el ayuntamiento de Mahón.