TW
0

Se suele decir que en el tema del transporte aéreo la sociedad menorquina está adormecida, porque no protesta ni se subleva ante una situación indignante abordada con suma timidez por los mandatarios locales sometidos a las siglas que les mantienen en el cargo.

Yo creo que no, que más que sometida, la sociedad está asqueada, aburrida, harta de darse cabezazos contra la pared. Existe una mesa balear del transporte aéreo, que ahora resulta dedicarse a solicitar la cogestión aeroportuaria, un tema que no aparece ni de lejos entre las treinta mayores preocupaciones de los menorquines. El tema del transporte aéreo renace ahora con la partida de la feria Eurobijoux a Palma.

Y ahora sí que se producen las reuniones de urgencia, los políticos con caras desencajadas, los teléfonos móviles apagados durante horas, los temores al impacto político-electoral derivado del golpe que supone una medida propiciada por las ansias de supervivencia de un colectivo, el bisutero, obligado a tomar una decisión, dolorosa para el corazón y el entorno económico, pero necesaria para la cuenta de resultados, porque la globalización no perdona, hay que moverse de inmediato y llegar a Menorca, digan lo digan, es un engorro. En Madrid se suelen tomar el tema de los aviones medio en broma, "esos ricos de las islas se lo pueden pagar". Pues no, señores, la cosa va en serio. Y si no, vean lo que acaba pasando.