El Consell reaccionó ayer ante el traslado de EuroBijoux a Palma con una propuesta concreta y sorprendente, fletar aviones directamente desde tres capitales europeas. Se trata de mantener en la Isla un certamen que por tradición y carácter internacional proyecta algo más que la dimensión ferial y para ello está dispuesto a embarcarse en una operación tan osada si obtiene una respuesta acorde por parte de SEBIME, la entidad promotora de la cita.
No cabe duda de que la iniciativa del Consell persigue un loable interés, estimulado además por cuanto el caso tiene de pérdida en beneficio de Palma, pero da la impresión de que la propuesta se ha precipitado en el análisis coyuntural cuando la perspectiva ha de ser necesariamente más amplia. El problema es estructural y endémico, al provocar la marcha de una feria tan identificada con la Isla no hace sino recordar que es consecuencia normal de unas comunicaciones aéreas que ni en conexiones, horarios, precios ni frecuencias son competitivas. El ciudadano puede entender el esfuerzo para afianzar la feria en Maó pero probablemente discrepa de la política de aplicar parches a un problema que reclama soluciones estables a más alto nivel.
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