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La proposición no de ley aprobada el martes por el Parlament adquiere una importancia que va mas allá del valor político por el que ha trascendido. La iniciativa del PP sirvió, en efecto, para mostrar la nueva realidad de un Ejecutivo sin mayoría parlamentaria, pero superado ese detalle simbólico debe considerarse plenamente su contenido y asumir la propuesta concreta de buscar una alternativa de ubicación al cuartel de la Guardia Civil de Maó.
La vecindad del centro penitenciario de próxima apertura y el deterioro que arrastra el edificio por el paso de los años constituyen dos argumentos que avalan la iniciativa parlamentaria. Más que el traslado, quizás debería plantearse una revisión de esta fórmula de despliegue del instituto armado, indiscutiblemente arcaica, y adaptarla a los nuevos tiempos con las familias y los propios agentes más integrados en la sociedad al igual que otros cuerpos de seguridad, aunque ese es un debate de alcance general y pertenece al Ministerio. De momento, a la idea ha respondido con agilidad y ánimo de colaboración el Ayuntamiento de Maó, lo que ha de interpretarse como un apoyo responsable y coherente que sin duda ha de facilitar la materialización de la propuesta.