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Recién resucitadas de la pasada nevada unas acelgas que tenía sembradas, más por echarle un pulso a la naturaleza y fardar de cultivador casero, desenterradas de la nieve caída y congeladas por el nocturno ambiente gélido que todavía nos invade, me quedo helado, igualito que ellas pero más rojo que verde cuando leo y veo que nuestra ministra Bibiana pone pasta gansa para el estudio de un "mapa de la excitación del clítoris y labios menores" y un poco más a su derecha, el Sr. Aznar, persona que se tuvo que ir pero que no acaba de irse porque no se lo cree, nos muestra su tieso dedo en lo que aquí llamamos una soberana "butifarra" pero sin apoyo de antebrazo. Yo no sé si al españolito de a pie y al resto de los europeos también de a pie, les habrá hecho gracia o si se habrán quedado también helados. A mí los mapas que me enseñaban, y de eso ya hace mucho, eran de otro tipo, y los geográficos lo eran de montes y ríos más que de voluptuosas y sensuales colinas y valles anatómicos. El verde era verde debido a las lluvias y otros factores y punto. Y lo del dedo, qué quieren que les diga, en plena y desbordada euforia futbolística y dirigida por lo general al siempre sufrido árbitro, más que normal siempre ha parecido a muchos como obligado, como fumarse un puro en las gradas o como las banderillas al toro. Otra cosa es que lo haga quien lo hizo que se le supone clase suficiente para torear lo que se le eche y la clase está, se demuestra, precisamente más en contenerse que en desbocarse. Pero, criaturas de Dios, ¿cómo vamos a salir de la crisis, cómo vamos a saber reunirnos a manteles para buscar soluciones, a encender luces que nos guíen en la oscuridad en la que vivimos si no sabéis estar donde toca, comportaros con normalidad y gastaros los dineros en dar de comer al hambriento?, al hambriento de comer caliente, de cuchara, tenedor y cuchillo, quiero decir.