TW
0

Yo no fumo, empecemos por ahí. Quizá sea un error confesarlo porque probablemente tal dato ya me posicione. El caso es que me hace mucha gracia esa especie de obsesión que tiene el Gobierno español con 'querer quedar bien con todos' haciendo las cosas a medias. En concreto, y aunque podría dar otros tantos ejemplos, me refiero a la famosa Ley Antitabaco. La manera en la que, desde el 2006, el Gobierno ha decidido preocuparse por el aire que respiramos ha sido y está siendo demasiado caótica. Me ahorro describir el proceso porque ya es conocido por todos: lugares públicos, espacios para fumadores... eso, o lo que yo llamo 'iniciativa a medias'. De los 350.000 locales de restauración existentes en España, sólo el 3 por ciento está libre de humo o cuenta con espacios para los fumadores. Encima, cada comunidad autónoma puede suavizar la norma a su gusto. Hablemos claro, o se prohíbe o no se prohíbe (pasa como con otras cuestiones, el tema mueve mucho dinero). Trece países de la Unión Europea han prohibido que los ciudadanos fumen en locales de ocio y parece ser que el mundo no se ha acabado. Evidentemente, habrá un sector que no estará de acuerdo con ello, pero recordemos qué gran favor se le haría a nuestro bolsillo y a nuestra salud (el tabaquismo pasivo provoca alrededor de 3.000 muertes anuales). Qué suerte, fumar en lugares habilitados podrá ser siempre una opción.