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El único que duerme es mi marido. ¡Qué suerte tiene¡ -¿Está segura que duerme? A ver si se quedó tieso... Si está muerto, a usted la tienen que indemnizar con siete kilos. No, no lo despierte, déjelo que se enfríe un poco más".

- "Este barco es como el Ferrobus de Córdoba, chum, chum, chum, al que no quiere subir nadie. Pero aquí vamos en una patera tercermundista, no tenemos otro derecho que sufrir".

Este diálogo, en la madrugada del 7 de marzo del 2010, entre dos pasajeros del Salón de Butacas del barco Las Palmas de Gran Canaria, de la compañía Acciona Trasmediterranea, refleja la indignación tragicómica de la situación padecida: tener que aguantar en pleno invierno el aire acondicionado en frío durante19 horas, cinco más de las estipuladas, para el trayecto Valencia-Mahón.

La conversación fue reproducida porque estaba al alcance del oído. La mujer que se quitó el abrigo para tapar al marido, convaleciente de una operación de espalda, la madre de un niño de tres meses, la embarazada que fue varias veces descompuesta a vomitar al baño, la pareja de andaluces de vuelta a su trabajo de verano en las islas, los representantes de comercio, el uruguayo aspirante a socorrista, el insomne aún con pastillas, el jubilado afónico ...del citado salón, o de los camarotes, podrían variar la forma de expresarse pero no el fondo del asunto.

Primero miraron a puertas y ventanas pero, al ver que no estaban mal cerradas, tuvieron que dar crédito al chorro de aire gélido que bajaba del techo. Y cada cual, tiritando, pensó cubrir la salidas del aire con toallas, arrancar las cortinas para abrigarse, evitar los tembleques tomando algo caliente en el bar, pero estaba cerrado hasta el desayuno.

Se supo que era una avería y que no se podía parar el equipo. Pero la negación de la Compañía a proporcionar mantas para mitigar la inclemencia, el no permitir el acceso a la bodega en que estaban los vehículos con el nórdico en la maleta, la falta de antena para ver la trasmisión de los partidos de fútbol en la tarde del domingo, el no pasar el video de salvamento, no indicar dónde estaban los salvavidas caso de accidente, la inexistencia de las tres clases únicas de bocadillos anunciados en el bar, cantábrico, celta, provenzal, y lo viejo, sucio y cutre de las dependencias, obedecieron la invitación de la revista Azul Marino de la Compañía y los pasajeros reaccionaron de conjunto. Y del boca a boca, excepto los perros porque estaban en un lugar adecuado y a temperatura ambiente, surgió la solicitud masiva del formulario de reclamos, el rellenarlos cada cual con sus argumentos y la petición unánime: la devolución del precio del pasaje.
Y como toda causa justa tiene sus aliados, se supo la verdad. Acciona Trasmediterranea, un par de días antes de la fecha del viaje, avisó por teléfono a sus clientes que se adelantaba dos horas la salida del barco por avería. Efectivamente, el barco Audacia de la compañía italiana Grimaldi que tenían contratado para cubrir ese itinerario, estaba fuera de servicio y lo reemplazaron por el buque Las Palmas de Gran Canaria, un carguero de contenedores y también, eventualmente, de viajeros norteafricanos, que hace la ruta desde puertos andaluces a Tánger y Marruecos. Veinticuatro horas antes, la Compañía Acciona Trasmediterránea seleccionó de su flota a un grupo de tripulantes del Murillo, que va de Palma de Mallorca a Barcelona, y desde allí los mandó en una furgoneta hasta Valencia para que hicieran, con personal de tierra, el milagro imposible de trasformar un buque de carga, con desperfecto en el aire acondicionado desde agosto, en un barco de pasajeros que por su condición humana y el precio pagado tienen los derechos propios del primer mundo.

La polifuncionalidad del personal movilizado para la emergencia era tal que el mismo operario podía manejar el ordenador, encargarse de Información y amarrar o soltar los vehículos en las bodegas.Uno de ellos dijo que cursaría los reclamos a Madrid y en un plazo de una semana o quince días la Compañía llamaría a cada uno para disculparse. Algunos camioneros alertaron contra las falsas expectativas porque sí era cierto que ella daba la cara, pero todo quedaba en palabras y palabras.

"¿Qué cómo he pasado la noche ? Pensando en la jubilación anticipada. "Cuando llegue a Palma me llevan directo a Son Dureta," se escuchó de una jovial señora respondiendo a la llamada del móvil. A su lado, un hombre comentaba: "De saber que voy a esta velocidad cojo el llaut y con el currican hubiese pescado algo más que un resfrío"

Si los que llevan el peso del soñado turismo de calidad viajan en patera, no es de extrañar que los que manejan este negocio sean negreros. En los grandes asuntos públicos o privados los dirigentes tontos no tienen cabida.

El día 9 del corriente, el técnico determinará el alcance de la avería del Audacia. Mientras tanto, el buque carguero Las Palmas de Gran Canaria, disfrazado de transportador de pasajeros, viene y va de Valencia a Mahón en 19 horas, navegando las procelosas aguas de la flexibilidad laboral y sorteando escollos legales.¿Hasta cuándo? Quién lo sabe.