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El Congreso de los Diputados rechazó ayer por un escaso margen de votos la moción del PP en contra de la subida del IVA prevista para el 1 de julio. Se ha salvado la medida recaudatoria del Gobierno pero se han extendido las dudas sobre su política fiscal, derecha e izquierda se han opuesto a ese incremento, que ha salido adelante merced al apoyo de PNV y Coalición Canaria, los dos grupos periféricos beneficiados por el reparto presupuestario en las cuentas de 2010.

El debate parlamentario refleja con fidelidad la preocupación que este aumento impositivo ha sembrado en el consumidor en general y en ámbitos como el turístico en particular, donde se han alzado voces del propio partido del Gobierno alertando de los efectos adversos. Los cálculos del Ejecutivo se realizan sobre hipótesis basadas en la recuperación económica, estimada en el segundo semestre del año, y en el estímulo de la demanda que se generará en los meses previos a la aplicación de los nuevos tipos del IVA. Sin embargo, no hay ninguna garantía sobre esas previsiones y, por el contrario, se temen repercusiones negativas en el sector servicios y hasta cierto retraimiento del consumo en un sector capital para la recuperación, singularmente en las Islas.