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No se asusten, no soy yo, al menos de momento. Pero tal como he aprendido de mi amigo y afamado escritor Sr. Portella, algunas veces hay que poner títulos fuertes para llamar la atención.

"Juan vino a vernos el otro día a casa… estaba preocupado, a la vez que ilusionado… le costó mucho ser funcionario y conseguir una plaza en algún pueblo de España, aunque fuese en Menorca, para empezar a trabajar y crear su propio futuro… conoció a María, una chica joven, dinámica, de padres emprendedores, que saben bien lo que cuesta ganar cada céntimo, para seguir adelante… Juan nos contaba lo mucho que extrañaría Menorca, pero había llegado el momento de tomar una decisión lo más urgente posible…

Después de varios años en la Isla, creando amistades, familia, entorno social… ya no podían más… era el momento o nunca de tomar una decisión; - nos vamos de Menorca, he pedido destino fuera, en la península -.

Esta decisión la tomaba una familia entera, muy a su pesar, pero con el pleno conocimiento de lo que supondría para los suyos… ya podré escoger libremente la escuela de mis niñas, ya podré enseñarles su país, incluyendo Menorca, podré enseñarles como son los ríos, las montañas, la importancia de la historia en general, de cómo se formó el país, de cómo se formaron las diferentes culturas en un solo país….. ya podré poner la tienda de María, en castellano sin que me – fusilen – por no ser catalano-parlante, ya podré en definitiva sentirme libre…

Ese mismo fin de semana, acudo a un acto, donde participan otros amigos míos, manteniendo esa amistad desde hace mucho más que la de Juan, estos últimos, algunos, pertenecientes a sectores de la sociedad que solicitan la autodeterminación, o la obligatoriedad del catalán… o tantas otras cosas que todos ustedes ya saben…

En el desarrollo del acto, con algún vino (que por cierto no era de la tierra sino rioja)… les cuento lo de Juan, sin otro ánimo que el de conversar y debatir amablemente…

Mi sorpresa al recibir entre otras y variadas respuestas, algo así como: mejor si se quieren ir que se vayan… <no mus fan cap falta>…

Ya con las manos en la cabeza, aguantando el tirón… tuve que contestar, la que en ese momento para mi, no era más que una exclamación derivada del rioja y la falta de conocimiento general de una sociedad mucho más avanzada que esos pocos asistentes allí.

Les advierto que el ejemplo de Juan, no es más que uno, y cada semana vamos conociendo como van siendo más y más. Siguen comentándome que <pues bien, que se vayan>… llegado a este punto desisto, tiro la toalla y les dejo con su solar vacío, que les apunto se convertirá la Isla si no hacemos algo. Ya me contestan con cierto volumen ..<noltrus saben molt bé, lo que te de ser Menorca y tenim clar que vivim molt be sense ningú>."…

Apaga y vámonos. Este cuento, que me he tomado la libertad de contarles, es un cuento que vivimos a diario y que entre el mal gobierno de unos y el mal ejemplo de otros no se soluciona.

Para no vivir más situaciones como la de Juan, las propuestas tienen que ser mucho más profundas que cambiar papeleras o señales de tráfico, que hacer aceras o sembrar árboles, las personas como Juan, que es lo que son, personas, necesitan un futuro y las propuestas han de ser siempre destinadas al futuro en general de todos y no, como siempre, de unos pocos.
Eso, sí, va ser que sí.