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La nueva propiedad de lo que fue Industrial Quesera Menorquina se ha propuesto recuperar la marca que conquistó el mercado del queso fundido y que se convirtió en símbolo de la industria agroalimentaria de la Isla. Se trata de una cuestión de consolidación de la fábrica, de viabilidad a medio plazo y de rentabilizar la capacidad productiva de unas instalaciones bien equipadas tecnológicamente y con satisfactorias prestaciones. Nueva Rumasa ha respondido con determinación a la apuesta realizada en su día en cuanto a estabilidad laboral de la plantilla y a compromisos con los proveedores y busca estrategias de competitividad que garanticen la continuidad. Comprar la marca "El Caserío" constituye una de las premisas para ese objetivo y en esa aventura Quesería Menorquina demanda apoyo institucional como justa compensación a la inquietud social y económica que contribuyó a resolver un año atrás. Prudentes, los responsables de la empresa aseguran que se está trabajado en esa línea con el Govern balear y el Consell asegura ser consciente de la importancia de esa colaboración de respaldo institucional a la operación financiera. La empresa ha llamado a la puerta del Ejecutivo de Antich y espera una respuesta.