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Tal vez ahora que el Camí de Cavalls está señalizado y es transitable en su totalidad, según anunciaba ayer el mismo president del Consell, Marc Pons, sería el momento de recordarle a él y a todos los que trabajan para vender esta ruta como uno de los productos estrella del paquete turístico menorquín, que el Camí no es accesible. Tal vez ahora es el momento de recordarles que si uno no tiene coche, no puede acceder a la mayor parte de sus itinerarios, y esto que la Isla es reserva de la Biosfera y promueve el turismo ecológico –pero en coche particular, eso sí, no vaya a ser que un autobús nos acerque a todas partes–. Tal vez es el momento de recordar que el Camí de Cavalls no está preparado para el turismo en general. Sólo es disfrutable para aquellos turistas que no necesiten beber agua en dos, tres, o cuatro horas de camino. Y mucho menos la ruta es para aquellos que, al final del itinerario, y completamente deshidratados, quieran alimentarse. Tal vez es el momento de recordar que si queremos que el Camí de Cavalls desestacionalice el turismo, hay que facilitar su acceso y su tránsito.