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El exceso de información desinforma, impide comprender lo esencial. La proliferación de datos, informes y estadísticas sobre la situación económica, al margen de sus interpretaciones, supera la capacidad de comprensión de muchos ciudadanos. La economía la estudian los universitarios pero la producen, la viven, la disfrutan o la sufren los ciudadanos. Los expertos y las autoridades deberían realizar un esfuerzo para separar el grano de la paja. Si la cantidad de datos ya es un problema, la calidad no lo es menos. Actualmente, servicios como el Instituto Nacional de Estadística (INE) y el Banco de España pueden ofrecer datos distintos sobre cuestiones básicas. Ayer se organizó una pequeña polémica sobre los datos relativos a la encuesta de ocupación del INE que aparecieron por error en su web. La información, no desmentida, fue rechazada por el Govern balear. Al final se debate sobre la estadística y no sobre la realidad a la que hace referencia. Un dato básico a analizar es la renta per cápita, porque incide directamente en el bienestar de la sociedad balear. Hace años dejamos de liderar ese ranking. Algunos pronósticos apuntan que en 2015 estaremos por debajo de la media nacional. Si la previsión se cumple es para estar muy preocupados.