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El 2 de junio los funcionarios están llamados a la huelga. El Gobierno pide comprensión y aunque ve razonable que se pueda pasar el mes con sueldo mileurista, no se sabe de ninguno de sus miembros que se haya comprometido a seguir prestando sus servicios por una retribución similar. Por ellos, por asesores y jefes de servicio que no dan palo al agua y por "compañeros" que han hecho del escaqueo profesión, los empleados públicos están que trinan. Posiblemente, los trabajadores de la empresa privada les entienden bien.Quien más y quien menos ha visto recortados sus derechos laborales-más de cuatro millones en su máxima expresión, pero cabe recordar que con los impuestos de todos se paga el sueldo de los funcionarios. Un trabajador de "Churros, S.L." al que le han quitado una paga extra ha seguido contribuyendo para que los funcionarios continuaran cobrando su sueldo sin merma alguna, con independencia de la que estaba cayendo y de cómo estuvieran desempeñando sus funciones, y sabiendo que, al contrario que ellos, por mucho que la Administración haga aguas, seguirán manteniendo sus puestos. Cierto que se han tenido que currar una oposición, pero los empresarios tampoco regalan nada, basta con pegarle una ojeada a cualquier convenio. Aunque no resulte muy consolador, piensen los funcionarios en los curritos de la privada que les han precedido en la senda de la tijera.