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Q ueda poco menos de un año para las elecciones municipales de 2011 y poco a poco el run-run electoral comenzará a ganar terreno. Mucho terreno si se toma en consideración que España cuenta con más de 8.000 municipios. La cifra sorprendía este miércoles a uno de los participantes en el Foro Menorca sobre Administración, Ciudadanía y Crisis por la comparación con Alemania, donde el número de municipios se reduce a los 2.000 para una población que casi duplica la española. ¿Habría de abordarse algún tipo de reforma en este sentido? La cuestión no resulta sencilla a la vista del principio de autonomía municipal consagrado en la Constitución Española y la honda tradición de los ayuntamientos en nuestro país. Sin embargo, las actuales estrecheces económicas, los cambios demográficos, la desvalorización de la clase política, incluso, el avance de las nuevas tecnologías aconsejan una nueva mirada al municipalismo. Una mirada que puede comenzar por una vertiente puramente pragmática que anime la prestación mancomunada de servicios y la optimización de recursos.