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El 24 de febrero de 2006 el Teatre des Born cerró sus puertas por motivos de seguridad. La decisión estaba justificada. Durante cuatro años y medio, ha pesado la desesperanza de ver sin vida a uno de los motores de la cultura local, el espacio en el que ha crecido el Premi Born. La reducción del gasto público parecía pronosticar que la reforma del teatro no sería considerada prioritaria. La visita de la ministra Beatriz Corredor devolvió ayer la ilusión para que en el futuro sea posible volver a abrir las puertas del Born y estrenar en su escenario la obra ganadora del premio del Cercle Artístic. Hay que reconocer el éxito de la gestión de las autoridades menorquinas con el Ministerio de la Vivienda y el interés del senador Arturo Bagur por este proyecto. Ahora es necesario que esa promesa se cumpla. Es positivo que en el proyecto de Presupuestos Generales del Estado para el 2011 se incluya un millón de euros de los 4,4 que se van a invertir. Las obras pueden durar de tres a cuatro años, seguramente demasiado tiempo por la necesidad que tiene Ciutadella de recuperar un espacio cultural acorde con su capacidad para llenarlo de vida. Habrá que evitar que la adquisición de los últimos palcos privados afecte al plan de obras. En este caso, la cultura y el teatro no han sido víctimas de la crisis.