TW
0

Como esto de "hacerse fan" está tan de moda últimamente, yo aprovecho estas líneas para declararme seguidora incondicional de la ministra de Vivienda, Beatriz Corredor, que ayer demostró en Menorca que política y cercanía pueden ir de la mano. No me refiero a los políticos menorquines con los que te encuentras día sí y día también, lo que finalmente desemboca en una relación cordial y de cierta confianza. Hablo de los mandamases del Gobierno, aquellos que cobran cifras de cuatro ceros y que en ocasiones no saben si se encuentran o en Honduras o en El Salvador. No es la primera vez que Menorca recibe a algún pez gordo de la política española, tanto de un bando como del otro, que llega, inaugura lo que tenga que inaugurar, dice lo que tenga que decir y si te he visto no me acuerdo.

Por el contrario, Corredor se mostró sencilla y próxima durante su visita a Maó: habló con los vecinos, saludó a los niños e incluso accedió a hacerse alguna fotografía que otra. Todo ello sin perder la sonrisa en ningún momento y, lo que es más difícil, sin mostrar un ápice de falsedad. Lo dicho, un ejemplo.