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Conseguir financiación y mantener una liquidez suficiente para afrontar los pagos en el plazo que marca la nueva legislación son retos que habrán de afrontar los ayuntamientos durante 2011. La preocupación de los alcaldes está más que justificada. Ven que algunas administraciones locales acumulan tal cantidad de deuda y demoras en los pagos que si fueran empresas privadas se encontrarían en proceso de concurso de acreedores. Las nuevas normas económicas impedirán que los ayuntamientos accedan a nuevos créditos a largo plazo, deberán pagar a proveedores antes de 50 días y además deben devolver al Estado dos millones de euros por la liquidación presupuestaria de 2008. Por tanto, la reducción de costes municipales es una necesidad perentoria. Una forma de hacerlo, y no la única, es mancomunar servicios entre todos los municipios, ampliando las actuales estructuras que han dado un buen resultado. El Consell tiene un papel esencial en este sentido. Unificar el servicio de recogida de basura es difícil por los plazos de las concesiones pero sería interesante un proyecto con ese objetivo. Evitaría que los ayuntamientos tengan que subir las tasas. Mancomunar serviría sin duda para reducir la burocracia, un objetivo que también es prioritario.