TW
0

El acabar el periodo vacacional sin haber llegado a solucionar nuestros problemas es normal. Lo que no lo es tanto es no solucionar aquellos que se vienen repitiendo año tras año. Queremos turismo náutico de cierta calidad, deseamos ver espectaculares veleros cruzar nuestras aguas, entrar en nuestros puertos pero… amigo, amarrar el barco en cuerda de oro no es apto ni para mayores.

Los amarres y todo aquello que pueda significar facilidad para que nuestros visitantes puedan poner pie en tierra, teniendo en cuenta que somos una Isla, deberían ser como los equipos de fútbol, moverse por categorías, de primera, segunda y tercera división, vamos, como unos gigantescos almacenes no en época de rebajas astronómicas, pero sí con múltiples y variadas ofertas. El turista "caro" se deja ver poco y al contrario de lo que ocurre con las sardinas, no viajan en bancos.

Nos visitan políticos de alto nivel y famosos/as estrellas surgidas de extrañas galaxias, muchas de ellas con extraños brillos de pacotilla y que fueron lanzados al firmamento del consumismo privado de la mano de extrañas y efímeras operaciones. Y los vemos en portadas y hasta creemos que su presencia, sus "pipís" en nuestras aguas, nos van a salvar, nos van a sacar del caos.

Ellos llegan y se van y dudo que se replanteen muy a fondo nuestro futuro. Bañarse a gusto, comer bien, broncearse y observarnos desde las atalayas de sus enormes barcos como si fuéramos ballenatos a punto de ser arponeados, no va muy con ellos, no porque no piensen ni sientan, es que, ya lo he dicho, son estrellas de otras galaxias. ¡Clotellada a tanto brillo falso!