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De ser otoño, iniciaría el relato diciendo... El vendaval, soplaba con fuerza, pudiendo escuchar sus bramidos, los cristales lloraban amb un bons regalims i es dia antes els havia fet nets... Por el contrario, el sol brilla es septiembre con todo su esplendor, no corre ni una brizna de aire y me siento muy feliz, con júbilo y con ganas. Al despertar he dado gracias a Dios y a la Virgen María por ser tan generosos con esta servidora. Gracias, Dios mío, por cuanto me das, no te olvides de tantísimas gente enferma, que padece males irreparables, como podría ser el de no conocer tus grandezas, pudiendo recurrir a ti como padre salvador.

Hoy tengo doble motivo por alabar a mi Dios y agradecerle mi nuevo aniversario, los 66. Sesenta y seis años, sesenta y seis capítulos de mi paso terrenal, no sé si pecaré de prepotente, mas no puedo hacer de menos, vanagloriándome de ello. No todo se ha podido escribir con letras grandes y bien destacadas, con titulares a redondilla, entre los folios se encuentran renglones que apenas se aprecia la diminuta caligrafía, no podia ser d'una altra manera. Intenté ir pasando páginas, con la ayuda de unos y de otros, potingos de sa farmàcia, entradas en hostiles salas poco recomendables per passar una bona estona, con su mesa central, artilugios por todas partes y sus personajes luciendo batas largas a juego con los delantales, recordando es carnissers de davall sa plaça, con su mascarita, que por cierto no sé a qué viene el esconderse tras aquel trapo rematado con cintas atadas en es clotell y mucho menos su sombrero a lo bomber. Como lucieron nuestros padres.

Tal vez será por esto, por llevar tantas hojas a cuesta, que los pelos se me ponen de punta al leer según qué cosas de mi querido "Menorca". Como podría ser que cierto comerciante diera la noticia a una redactora que su comercio lleva en el mismo lugar casi 200 años. Otros hablan de 50, cuando su fundador ni había llegado a la isla. También los hay que celebran el paso de algo más de medio siglo, con cierta actividad, siendo la dedicada a la misma de cuarenta y poco. Y que conste que no lo digo yo, para ello hay papeles que lo acreditan y muchos paisanos con muy buena memoria que se passetgen per es carrer Nou.

Pero lo más sorprendente fue escribir sobre cierto individuo, como padre protector del puerto y sus actividades con los preciados moluscos. Jamás fue socio del fundador de ses muscleres. Al contrario, aquél le donó cuanto él había hecho, tal vez cansado de que el susodicho individuo cuidara con tanto mimo la instalación, limpiándole las cuerdas de las que colgaban los sabrosos mejillones, amparado por la oscuridad de la noche. Y es más, jamás se interesó en depuradoras ni res que se li sembli. Ello se desdice que precisamente el susodicho individuo provisto de botellas sumergibles y sus escasos escrúpulos, barriera de norte a sur y de este a oeste todo el litoral, dejándolo tan pulcro, tan bien aseado que los pobres isleños estuvimos mucho tiempo en poder saborear nuestros frutos de mar. De pena, que salgan como ejemplo de un oficio que significa, trabajo y honradez.

Aquí lo que sucede es que los que se interesan por el tema poco o nada saben de lo acaecido años atrás, ellos se dedican a partir de ahora y bien va, confiándose de unos y de otros, como podría ser otro individuo que siempre le conocimos trabajando en la tanca y ara se despenja que sempre ha fet feina a la mar... qui ho entén?

Y es más... ¡qué digo!, podría ser tan largo como deseáramos. Personas muy cercanas, que siempre tuvieron que ver con la ladera norte, explican morts de por, que el tema de las casitas de la orilla, las que ahora se encuentran habitadas y amenazadas d'anar fora, que en otros tiempos sirvieron para los mariscadores, han sido denunciadas de su actual uso, por uno de estos santos varones, para engrandecer su negocio.

Con motivo de celebrar una de estas cenas defora en es pati, en que se cantan canciones y se cuentan detalles y curiosidades de s'any de sa picor, canté "Menorca", en una versión poco conocida, los jóvenes, siempre curiosos, me pidieron que les diera detalles de la misma, y ahí van...

Por todos es bien sabido que la isla mayor de las Baleares fue alabada a la vez que inspiradora de bellos poemas, entre los cuales se encuentra la novela titulada "L'illa de la Calma" ,escrita por el famoso pintor a la vez que escritor Santiago Rusiñol (Barcelona 1861- Aranjuez 1931) . A su paso por Mallorca en 1924 dejó constancia de una inusitada inspiración, renglones llenos de sabiduría costumbrista. Privilegio con que jamás contaron los menorquines.

De ahí que un grupo de inspirados mahoneses, entre ellos destacados glosadores, que se reunían todas las semanas en una de las barracas de la cala de Es Murtar, se hicieran suya la letra del ilustre catalán, suprimiendo lo de Mallorca por Menorca y amparados por la música del maestro Padilla, de la canción "Valencia", cantaban mientras bogaban o pescaban... Menorca és s'illeta de la calma, segons diu en Rusiñol... Menorca.. Antes, cuando se iba a vega, esta y otras muchas canciones más eran cantadas a coro por todos, últimamente poco o nada se canta, por lo que me dio una gran alegría el poder escuchar semanas pasadas a un grupo de jóvenes que se han unido bajo el nombre de Es Bastió de s'Illa desglosando antiguos cantos que me trasportaron a infinidad de momentos vividos, a reuniones de familiares y amigos, a sones de guitarra acompañados por la bandurria que también hacía sonar mi padrino en Paco de sa sínia des Moret.

Dar mi más sentido pésame a Marcos Carreras Carreras y familia por el fallecimiento de su querida madre Pilar Carreras Villalonga. Mujer a la que admiré sobremanera, haciéndoselo saber en vida. Siempre vi en ella a la auténtica senyora de lloc, a la vegada que madona. Con su saber estar, acertada en todo momento, buena cocinera, adecuada para los múltiples trabajos de la casa en todas las temporadas, desde Navidad, matanzas, carnaval, Semana Santa, Pascua de Resurrección, fiestas de pueblo, mesurades, y vuelta a empezar, con el clásico calendario tan laborioso como era el de la payesía. Al igual que las de su tiempo, llevaba escrito con tan sólo darle una ullada, el exceso de pulcritud, sabía coser, pedaçar uns calçons, un sau, un llençol, bordar, hacer punto, ganchillo, todo cuanto y más de lo que cualquiera hoy podría imaginarse. Encalaba como nadie i feia sa vieta més recta que amb un regla.

En estos momentos recuerdo un día cualquiera que topé con ella en la Explanada camino de su casa des carrer des Forn, iba junto a su esposo en Marcos, también de entrañable recuerdo, ignoro cómo, ni por qué surgió la conversación, pero sin proponérselo, la senyora Pilar, como siempre la llamé, me ofreció una lección magistral, refiriéndome cantidad de recetas, que no olvidé, mermeladas y curiosidades de lo que ahora llamamos cocina tradicional y que ella siempre observó desde que era fieta cómo elaboraban sus mayores.

Para la señora Pilar y cuantos se encuentran junto a ella, en el cielo, mis oraciones y mis humildes flores del Talaiot de Trepucó, dando mí más sentido pésame a su hijo Marcos, a su esposa Paquita, que no me atrevo escribir nuera, ya que siempre la cuidó como si fuera su propia madre. A Jaime, yerno e hijo a la vez, sus nietas, su queridos nietos Marcos y en especial a Kike, con el cual compartimos muchas horas de trabajo en el departamento de publicidad des diari, y al que tuve la oportunidad de ver un brillo especial en su mirar cada vez que hablaba de s'àvia Pilar. Confesando a todos ellos que en estos momentos no puedo evitar que mis ojos se llenen de lágrimas, las agridulces lágrimas en las que tantas veces los humanos confundimos pena y alegría, ya que para mí fue una dicha el haber contado con la amistad d'una de ses darreres dones, que a més de ser madona, era una senyora d'admirar. Descanse en paz.