TW
0

El comienzo del curso escolar coincide con la apertura de la agenda política del último tramo del mandato municipal. Las elecciones de la próxima primavera exigen un último esfuerzo institucional con el fin de llegar al examen de la reválida electoral en buenas condiciones, lo que supone un estímulo para los gobernantes y un criterio de valoración de los ciudadanos. Prueba de ello es la programación de obras en casi todas la poblaciones, un capítulo denso merced a los distintos planes de ayuda por parte de las administraciones estatal y autonómica. No cabe duda de que éste ha sido un mandato importante en materia de arreglos urbanos y que va a rematarse en los próximos meses.

Junto a ese capítulo visible conviven factores de dispersión como la preparación de los nuevos equipos de candidatos, el distanciamiento entre socios de gobierno con el fin de marcar posiciones y los crueles efectos de la crisis económica, que están condicionando de forma severa los presupuestos públicos y que exige atención prioritaria. Los intereses partidistas que desata el horizonte electoral no pueden ni deben, sin embargo, eludir la responsabilidad del ejercicio pleno de las obligaciones municipales.