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Entre los obsequios recibidos, un cajón de planteles variados, fresas, cebollas, brócoli; varias botellas de Malvasía, vino blanco seco por excelencia de la vinya de Sa Cudia. Comidas compartidas con amigos, en la placentera terraza des Bruc, balconada a la playa de san Adeodato; Un precioso poema en blanco y negro sobre papel fotográfico de Carlos Victory y aquí, me paro pidiendo disculpas, no por ello dejaron de ser menos importantes, ni tampoco los olvidé però no puc allargar més la voga.

De lo que sí dejo constancia, y deseo agradecer desde este rincón des Talaiot de Trepucó el libro titulado La Base Naval del puerto de Mahón de mi admirado Francisco Fornals Villalonga, precioso obsequio y su dedicatoria que agradezco, gracias Quico.

Y aquí fue donde fallé, rogándole me disculpe. En vez de ponerme a devorarlo, como es mi costumbre, lo dejé sobre s'estante de s'estudiet de darrere, en vistas a iniciarlo una vez llegara septiembre, tal como he hecho, sorprendiéndome el contenido de la página 197, con temas sobre el Corso Menorquín del insigne Juan Llabrés, que precisamente y repito no esperaba encontrarlo en el mismo, dándose la casualidad que al mismo dediqué mi xerradeta el pasado 30 de agosto, dándome la sensación, que repetía lo escrito, mai m'hagués pensat que allà ho trobaria.

Hay que ver, la suerte que ha tenido y tiene mi querida Mercedes Cano. En su vida han sido tres hombres com a tres gegants de sa cultura, que han tenido que ver con ella. l'avi, su padre y su esposo. Su abuelo materno fue cosa grossa per Menorca. Entre mis pertenencias, el libro editado en 1905, Estudios Marítimo-Militares, sobre el archipiélago Balear por José Riera Alemany, teniente de navío, en el cual se encuentra parte importantísima de la historia de la Base, con datos y noticias para cualquier estudioso interesado en el tema y que debe haber sido de relevante importancia para Fornals.

Aprovechando que me encuentro amarrada en el antiguo arsenal, remuevo mi memoria y me encuentro con reseñas que impactaron en su momento a la hija de Gori. La Historia de la Isla de Menorca de don Pedro Riudavets Tudurí un altre marino mal d'escatar. Entre otras cosas, en la página 44, puede leerse:
En el arsenal se invirtieron grandes capitales en mejorarlo, en abrir gradas, en la construcción de muchos buques de guerra, desde fragatas a jabeques, empleándose multitud de brazos que de Mahón y de Villacarlos acudían diariamente, y de cuyos astilleros salió un gran plantel de carpinteros de ribera y calafates, que dieron mucho lustre a nuestro país por largo tiempo y del que salieron también aprovechados jóvenes constructores, tales como los Femenías, Frontis, Vives... (El capitán de navío Pedro Tudury, continuó escribiendo. Con el permiso de todos ustedes, dejo de transcribir lo publicado, recreándome con los Vives, siempre me llamaron la atención, con los de finales del siglo XIX, en que una de mis antepasadas fue la abuela de los Vives Llull, ja ho sabeu Joan i Pepe, som família d'enfora.

Vuelvo seis años atrás, haciendo mis primeros balbuceos, frente al ordenador recorriendo Internet, recibiendo noticias preciosas de lo que jamás hubiese podido soñar, quedándome embaucada, entre los renglones del primer periódico palmesano, Semanario de Mallorca , editado por la Real Sociedad Económica Mallorquina de Amigos del país, en el cual dieron cuenta del siguiente anuncio:
"El que pueda interesar... acuda a don Pedro Antonio Ginart, fletador para el caso de tomar lugar, embarcar por todo el mes de enero. Ampliándonos la noticia el asesor de marino de distrito don Juan Llabrés Bernal al escribir...

El primero de enero de 1788 mandaba Jaime Vives un bergantín redondo, con el que entró en Palma procedente de Mahón en lastre y llevando a bordo cuatro pasajeros. Con este buque iba a salir para la Habana. Ignoramos si esta expedición llegó a realizarse y sólo sabemos que Vives entró en Palma el 8 de febrero de 1789 procedente de Puerto Stora en la costa de África, al mando del bergantín denominado Santiago, con un cargo de cerca de 2.000 cuarteras de trigo.

En 1791 y en marzo de 1792 seguía capitaneando el Santiago de porte de 110 toneladas, en viajes a Puerto Stora de donde regresaba a su tierra natal siempre abarrotado de trigo.

Otra curiosidad de Vives .Ocho años antes, patroneó el primer buque Mahonés que fue a América. La noticia se encuentra en La gaceta de Madrid número 51 de 1784, pudiendo leer: Cádiz 15 de Junio. Antes de ayer entró en este puerto el jabeque mahonés San Rafael procedente de La Habana, que condujo 650 cajas de azúcar, 600 cueros curtidos, 110 quintales de palo de Campeche (madera tintórea) y 6 barriles de pimienta.

La misma noticia la dio La Gaceta de Barcelona añadiendo que en la travesía Habana-Cadiz el San Rafael empleó 45 días de navegación y el 31 de julio de 1784, el cronista Roca en su diario de Mahó, también lo anotaba , añadiendo que había transportado el correo de Barcelona. Y era el primero de los buques mahoneses- que ha ido a la América española-

Sin duda alguna, fue una proeza por parte del esforzado marino mahonés que con una embarcación isleña de aparejo latino y muy escaso porte, dio lugar a hacer aquella ruta abriendo un nuevo mercado con las Américas en un arriesgado viaje.

El mismo cronista Roca, lo citó en aquel año de 1777. En navegación de Malta a Mahón, conduciendo trigo, de Mahón a Génova llevando vino, y lo señala fondeando en este puerto italiano en el mes de octubre del mismo. Autorizado por el Gobierno inglés, dueño por segunda vez de Menorca, el armamento en corso contra los franceses el 19 de agosto de 1778, consta que tuvo el mando del corsario nombrado san Rafael al dejarlo el patrón Rafael Quintana y que dicho buque iba armado por 18 cañones, 10 pedreros y ciento cuarenta tripulantes. Era este jabeque de 180 toneladas y construido en nuestra ciudad por el maestro pedro Antonio Femenías, en 1775 para el mencionado Rafael Quintana.

Jaime Vives, era uno de los ciento setenta y dos patrones con que contaba la importante matrícula de Mahón el 1792 y nueve pilotos.Falleció en nuestra ciudad el 23 de julio de 1806.

Volviendo a la Estación Naval, me recreo durante los mandos de los comodoros norteamericanos John Shaw, Isaac Chauncey, Charles Stewart, William Bainbrigde y John Rodgers. En el lejano Mahón de 1815-1826, en que el norte estaba formado por pequeñas colinas redondas cubiertas de verdes matorrales, la mayoría sin cercar y sin cultivo alguno. A lo largo de estas colinas se destacan los muros de un arsenal grande y bien instalado, en completo abandono. Frente a él y unida por un puente, una isleta octogonal nivelada a costa de gran trabajo, donde se ubicaban espaciosos almacenes. Lo que dejó de escribir, mister George Jones, y se comprende, fue el listado de cuantos trabajaban a lo largo de la ladera norte. (Trabajo que me he permitido contabilizar, con la ayuda del equipo humano de mi entrañable Biblioteca Pública , siempre tan atento, con su personal de tanta valía)

Puerto de Mahón 1824; Carpinteros de Ribera 27. Calafates 32. (Dispongo de los nombres de todos ellos para cuantos deseen fer una mirada).
1827, carpinteros de ribera 46 y calafates 40. En tres años se notó un notable incremento de los primeros.

El primer contramaestre de la Real Armada del Arsenal lo ocupaba, Salvador Camiceyo de 61 años, llegó a nuestra ciudad en 1823, procedente de Cartagena .

Estaba casado con una mahonesa Juana Mir, vivía con ellos una hija , María de 28 años. En la misma isleta, se encontraba Francisco Solano de Cartagena casado con María Cla, natural de esta ciudad y una hijita de 9 años, Teresa. Antonio Marín de Murcia llegado veinte años atrás también casado en esta isla, con Águeda Moll y dos hijos, Juana y Antonio.

El padrón general de 1824, ofrece los siguientes datos:
Hacendados 3. Abogados 2. Facultativos 1. Labradores 22. Jornaleros 18. Matriculados 202. Comerciantes 1. Artesanos 119. Criados 2. Empleados por el Rey 25. Beneficiados 1.