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Menorca deberá de encararse este próximo otoño con el problema del paro. Es el principal problema social de la Isla y lo continuará siendo, aunque aumentado, ya que afectará pronto a casi siete mil menorquines según fuentes de los propios sindicatos. Mientras los gobernantes de la Isla, acogotados por sus "complejos ideológicos", han dejado perder importantes inversiones y no han sabido poner las bases para incentivar la economía productiva (la única que puede crear empleo), la conocida política de la subvención interesada para captar voluntades, la falta de claridad en "¿qué hacer de Menorca?", la exagerada estructura político funcionarial de la Isla y el gasto desbocado en proyectos superfluos van conduciendo a Menorca hacia la pobreza generalizada. Así, el deterioro de la situación económica de la Isla es evidente y se ceba especialmente en las capas más sensibles e indefensas de la población. El gobierno de izquierdas (¿?) del CIM se cuida únicamente de solucionar los problemas de sus miembros políticos mientras la situación socio-económica de la Isla se les ha escapado de las manos. (¿Son o pueden ser de izquierdas quienes, anteponiendo sus intereses ideológicos, empobrecen a la población? ¿Es ésta izquierda una rémora concreta para el progreso de la isla?). Son terribles las cifras que muestran como la franja de edad juvenil desocupada ("sin habilidades y sin motivación") alcanza ya un tanto por ciento de escándalo. Casi uno de cada dos jóvenes está en paro. La generación NI-NI tiene en Menorca una sólida base que augura muchos problemas para el futuro. Terrible fracaso educativo.

Prolongar el escenario conocido o buscar alternativas para esta situación lamentable está únicamente en manos de los menorquines. El próximo mes de mayo se celebrarán nuevas elecciones a los ayuntamientos, al Consell insular y al Parlamento balear. Esta será la ocasión para que la ciudadanía deposite un voto en conciencia que permitirá o no la continuidad del tinglado que nos ha conducido a la situación presente. Un significativo aumento de participación electoral daría opciones al cambio político en Menorca (al poder tapar por primera vez en años el voto fijo del nacionalismo que con sólo 3.000 partidarios regula de hecho la Isla dando la bienvenida a la pobreza como futuro inevitable) mientras que continuar con una alta abstención propiciaría mantener la situación actual.

Hasta el momento presente sólo el PSOE ha anunciado quienes serán sus candidatos a las principales administraciones de la Isla: los mismos que ya tiene. Pregunta inmediata:

¿Pueden los mismos que no han sabido solucionar los problemas, ser quienes pretendan solucionarlos ahora?. Evidentemente las expectativas no son ilusionantes.

Por parte de la derecha, parece ser que el PP tiene problemas en designar a algunos de sus candidatos. Es una pena que en Mahón la candidata Águeda Reynés, disciplinada militante, trabajadora y seria y, por qué no decirlo, muy atractiva, parezca haber perdido el favor del partido. En Ciutadella están, como es habitual, a la greña. Mientras y en una evidente prueba de regeneración democrática y de atención y respeto al afiliado, el presidente del partido en la Isla se ha autodesignado ("le roi c' est moi") para nada menos que dos cargos: para presidir el Consell y para formar parte del Parlamento balear. Dos por el precio de uno.

El PSM sufrirá recambios y perderá votos aunque retendrá buena parte de los votos de sus fans conservadores. Lo mismo sucederá con EM y Els Verds y sus particulares obsesiones.

Es una pena que no se presente el GOB.

De los nuevos partidos, Unió Menorquina sufrirá la desgracia de sus ascendentes de Unión Mallorquina y de su actual dependencia (económica y catalanista) de CiU. Fracaso anticipado. Finalmente el partido transversal UPyD, que ha abierto sus puertas a quien quiera colaborar con el cambio en la Isla, prepara en silencio sus listas que pueden dar sorpresas. Tienen un importante "tapado" en Ciutadella que tendría el apoyo presencial de la diputada nacional Rosa Díez en diciembre y de importantes dirigentes nacionales que visitarían aquella ciudad en campaña electoral. En Mahón parece que la suerte ya está echada (con personas muy conocidas) mientras algunos profesionales se acercan al partido para otras listas. A pesar de encuestas iniciales, todo está por decidir. No se engañen ni se dejen engañar.