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Joana Barceló, consellera de Turismo y Trabajo, fue ayer la protagonista del foro sobre turismo, que organiza COPE-Menorca. En su intervención pidió a los empresarios que aprovechen unas circunstancias históricas favorables a la renovación de la planta residencial, como factor básico para la mejora del producto turístico. Las empresas disponen de créditos a muy bajo coste y una normativa que les permite tener licencia en dos meses y legalizar obras de ampliación, entre otras ventajas. Y aun así, la inversión solicitada no llega a 17 millones de euros. Muy poco volumen por lo que realmente necesita la Isla, para ofertar una calidad distinta. La consellera afirma que si no hay inversión y mejora de los establecimientos no habrá mejora de la rentabilidad. Sin embargo, este axioma puede plantearse a la inversa. ¿Cómo es posible esperar grandes inversiones para la reforma de la planta residencial si quienes tienen que poner el dinero no ven expectativas claras de rentabilidad? Parece evidente que la generosa oferta pública para llevar a cabo esta transformación no llega en el mejor momento, cuando muchos empresarios del sector se preocupan más de no ahogarse que de cambiar de barca. Y aún así, la reconversión es imprescindible.