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En uno de sus más conocidos cuplés Doña Sara Montiel recitaba:"Cómpreme Ud. ese ramito, que no vale más que un real, cómpreme Ud. ese ramito (bis), pa' lucirlo en el ojal". En los años treinta y cuarenta un real era una medida dineraria popular (por humilde) que definía muy bien el coste común de algo básico para vivir o que ponía precio a pequeños placeres de la vida. Comidas humildes y pequeñas cosas valían un real.

El paso del tiempo y los acontecimientos políticos han acabado naturalmente por convertir aquel real histórico en una medida dineraria desfasada por inexistente. Ahora se lleva el euro. De hecho en la actual Cataluña de la pata quebrada pronto se pondrá de moda la jugosa medida de un millar de euros como la referencia económica básica para que uno pueda ostentar un mínimo cachet de solvencia social y mostrar al mismo tiempo su patriotismo al dente.

En días pasados y a escasas fechas de la celebración del antiguo Día del Domund (y de la Raza) que se celebraba cada año el 12 de Octubre (Fiesta de la Hispanidad), se ha sabido que la Generalidad catalana (suponemos que recordando la historia del día del donativo) deberá de implorar beneficencia social de sus propios ciudadanos para poder encontrar una solución urgente a los problemas económicos que padece. Las entidades bancarias y los mercados prestatarios internacionales les han dicho que "nones, que "rien va plus". No more money for nothing.

Recordando que la caridad es la virtud de dar a quien no tiene, en el Día del Domund de aquellos años se recogía dinero para los negritos, los chinitos y para cuantos grupos exóticos existiesen. Ahora el presidente sureño de los occitanos del sur (ancestros vasallos de la Marca Hispánica) ha solicitado que le den. Que le den a él puesto que no tiene.
Así, y ante las reiteradas negativas de quienes podían prestarles, y con el fin de conseguir ingresos inmediatos que ayuden a él y a su burbujeante trouppe a resurgir de las cenizas en que se han metido vía despilfarro descomunal, ha ingeniado el lanzar bonos patriotas a mil euros la pieza con el fin de que su Gobierno siga endeudando un poco más si cabe a todos los catalanes.

Los actuales residentes en la Generalitat son una colorista y graciosa trouppe circense compuesta por hombres bigotudos, filo okupas al dente, eco-melóncios, equilibristas entre el cero y la nada y los conocidos saltimbanquis. No hay tampoco que olvidar al subgrupo formado por las graciosas cómicas miopes, por ex alcaldes esquizofrénicos, hermanastros frustrados aunque bien alimentados y declaradas pacifistas que mandan aguerridos ejércitos. Todo este conglomerado, bien remunerado, conforman la ensalada del espléndido circo que usufructúa hoy "le pouvoir" en la que antes era la tierra natural del Ahorro y ahora ha mutado en Reino de los Insaciables.

En la región del patriota Casanova (aquel que murió en la cama) se ha declarado la epidemia económica: está aislados. Necesitan un Lazareto. Tanta polémica sobre el uso que debe de darse a este enclave del Puerto de Mahón cuando su finalidad es más que evidente: poner en cuarentena a todos los farsantes.
Efectivamente, esa trouppe de insensatos con el andaluz al frente, para poder seguir con el gasto desbocado al que se han aficionado ha decidido lanzar 1000 millones de euros en bonos a 1000 euros la tira para poder así cubrir (momentáneamente) un agujero del copón. Esta primera avanzadilla de la nueva deuda con que obsequian a sus vasallos, podrá continuar (y continuará) después con una nueva tangada para rematar la jugada. Sólo así podrán seguir financiando embajadas, sueldos de hermanos, Obras Culturales, etc. hasta que el Pueblo, cuando esté ya hasta los mismísimos, los eche a patadas. Catalunya, d'un temps, d'un país. Si us plau senyor, caritat: ¿ens compreu un bono?