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Sin soluciones y sin imaginación para hallarlas. Así se plantea la situación del transporte aéreo en Menorca, con la impresión pesimista de que se ha renunciado a avanzar en las mejoras imprescindibles porque no se encuentra el camino para hacerlo. Habrá que cambiar la perspectiva y dejar de mirar solamente a Madrid y empezar a exigir respuestas a Palma. ¿Somos iguales todos los ciudadanos de las Islas, tenemos los mismos derechos?. ¿Hay que desarrollar políticas que sirvan para compensar las desigualdades? Basta comparar los precios de los billetes de avión entre Menorca y los principales destinos (Barcelona, Madrid y Valencia) y esas mismas conexiones desde Palma. A los menorquines nos cuesta el doble. Y tanto nosotros como los residentes en Mallorca contamos con el mismo descuento de residente, del 50 por ciento sobre los precios de tarifa. Si el Estado destina 111 millones de euros a aplicar este descuento, debería distribuirse de tal forma que se consiguiera el mismo coste de transporte tanto para una persona que resida en Es Mercadal como para un vecino de Calvià. No es una cuestión de volumen de población, ni responsabilidad de las compañías. Es una cuestión de derechos. Madrid no nos comprende, pero Palma tampoco.