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Parece ser que la paradoja política está instalada en nuestra vida diaria. Así, mientras vemos cómo los socialistas, supuestos defensores del estado del bienestar, son quienes están llevando a cabo los mayores atentados contra su continuidad, también vemos como quienes dicen procurar por la deseada y justa igualdad social son, de hecho, los máximos impulsores de la mayor desigualdad. Lo vemos con claridad en el terreno de la educación.

La que debiera de ser la herramienta básica para igualar a todos los individuos (o para al menos intentar la posibilidad de igualarlos) y ser fundamento esencial para el desarrollo personal del adolescente, se ha convertido de hecho en una traba diferenciadora para muchos de ellos.

Por una parte, en lugar de primar y seguir a los estudiantes que se esfuerzan y destacan, se ha pretendido igualar por debajo a todos en un intento por nivelar (socializar) lo que la naturaleza no ha hecho igual. Ir a la zaga del tardón se ha convertido en norma. Mal ejemplo para el esfuerzo. De ahí una de las razones principales del descalabro escolar español.

Por otra, las imposiciones lingüísticas en varias regiones españolas han retardado y dificultado, al tiempo que perjudicado, la educación a muchos chicos de nuestros país.

Ya hemos recordado otras veces que España es líder europeo en fracaso escolar. Ya se reconoce sin tapujos que las leyes educativas de las últimas décadas (la Logse, y la LOE) han fracasado en nuestro país. Pero la situación es incluso peor en nuestras islas. Aquí rizamos el rizo.

En nuestras islas tanto el PP como el PSOE, partidos pretendidamente nacionales, han claudicado ante el sectario nacionalismo local que nos ha conducido a que nuestras islas, con casi un 40 % de abandono escolar, "disfruten" del fiasco escolar más clamoroso si cabe de prácticamente toda Europa. Ésta es la referencia patética y resultado real de unas políticas equivocadas que tanto el PP como el PSOE han ido aceptando al claudicar ante la imposición nacionalista.

Esas doctrinas, aplicadas aquí de la mano de estos dos partidos, "no conciben la educación como un fin en sí mismo, sino como una forma de extorsión de la realidad al servicio de una ideología". Dejar la educación en manos del nacionalismo degenera a aquella en mera herramienta de ingeniería social que diluye al individuo en beneficio de determinados rasgos colectivos de grupo. "Sectarizar" y catalanizar forzosamente nuestra educación balear ha dado el resultado que comprobamos.

Sólo hay una excepción: las familias que se pueden permitir que sus hijos accedan a una educación liberal y multilingüe de calidad. Naturalmente son los menos. Sólo los privilegiados pueden permitirse que sus hijos estudien en colegios ingleses, liceos franceses o Institutos alemanes (cosa imposible en Menorca). Son quienes pueden permitirse mandar a sus hijos a pasar temporadas a Gran Bretaña o a USA para practicar y mejorar sus idiomas. Y eso aumenta naturalmente la diferencia social. Crea nuevas clases en cuanto a que fomenta las diferencias de preparación entre chicos de una misma edad. Distintos niveles de preparación para afrontar el futuro.

Haber impuesto el catalán Standard como idioma vehicular en la enseñanza ha sido catastrófico para que nuestros estudiantes tengan una visión cosmopolita de la cultura.

Mientras hay autonomías, como la nuestra, cegadas por la pasión de lo identitario, hay otras que son clarividentes ante el futuro. Un ejemplo: un gran tanto por ciento de colegios de la comunidad de Madrid no enseñan inglés, enseñan en inglés: muchas clases de una mayoría de colegios madrileños se dan en inglés. Hay que reconocer que en esta Comunidad se ha entendido que el futuro está en la intercomunicación en un mundo globalizado donde conocer de forma fluida los idiomas comunes del mundo (alejados del chapurreo al uso) es esencial. En nuestro mundo, sin inglés no hay posibilidades de promoción.

La máxima de una misma educación igual para todos con el fin de igualar las oportunidades se rompe al estrellarse contra la pared de la imposición lingüística. La tozudez de la realidad se impone ante quienes prefieren "identitat" a realidad. Desde que la competencia de la educación está en manos del nacionalismo, la pretendida igualdad de oportunidades se ha roto en mil pedazos. Han aumentado las diferencias sociales. Los "catalanizados" siempre tendrán menos oportunidades que los "internacionalizados". Do you speak english?.