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La celebración hoy del día contra la violencia de género se presenta como una jornada de reflexión y de sensibilización contra un fenómeno que se ha anclado en la sociedad española. La estadística de víctimas que acompaña cada nuevo caso refleja el alcance del problema pero no abarca el drama que se esconde detrás de cada episodio ni aborda las consecuencias que sufre el entorno familiar, los hijos en particular. Si los números que cuantifican la violencia alarman, la situación que dejan detrás, causa escalofríos. Por ello sigue siendo necesario el trabajo de información y, sobre todo, de educación respecto a lo que en correcto lenguaje se llama una lacra social.

Todas las medidas legales que se han implantado con el fin de combatir el problema muestran un alto índice de interés de los poderes públicos pero los resultados son más bien decepcionantes. Como en tantos otros ámbitos, la prevención constituye la estrategia más eficaz y la escuela, el camino más adecuado. Sólo desde la educación en el respeto y en los valores de dignidad y de igualdad de las personas se construye una sociedad sana. Pero además de la escuela, en la educación todos tenemos responsabilidad y a todos nos atañen las condiciones de convivencia.