Puerto de Mahón. Base Naval. Primavera 1920 - Archivo Margarita Caules

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1920, fue un año, del que hay mucho por citar. La Trasmediterránea abusando con sus excesivos precios. Nuestros paisanos debieron de recurrir a otra clase de transportes marítimos, mucho mas económicos, sus mercancías tratadas con esmero etc. Siendo recordados algunos de ellos por cuanto significaron. Destacando Los Amigos.

Entre las noticias marítimas, a finales de aquella primavera, destacaría el anuncio de la próxima llegada de los submarinos, destroyer y torpederos. Los hombres de Baixamar, entre los que se debían encontrar, buenos conocedores del tema, se comentaba, que los submarinos que debían llegar en brevedad eran…

Submarino "A 1" Monturiol. "A 2" C. García y "A 3" fueron construidos en Spezzia por la casa italiana Fiat y llegaron por vez primera a España en septiembre de 1917. Eran los tres buques iguales, presentando exteriormente una forma análoga a la de un torpedero, de acero y su casco pintado de gris y sus letras en negro, a mitad de la torre.

Sus principales dimensiones, según mis datos: Eslora 45 m. manga 4, 50 m. puntal 3,04 y un desplazamiento de 380 toneladas sumergidos y 260 en la superficie.

Como medios ofensivos llevaban 2 tubos lanza torpedos, y dos cañones de pequeño calibre de que fueron dotados en el Arsenal de Cartagena, disponían de telegrafía sin hilos y telefonía submarina.

Su radio de acción es de 1.600 millas y su velocidad de 12 millas horarias como máximo y de 8,30 con marcha económica.

Cada uno de estos buques costó al estado español la cantidad de 1.800.000 francos oro.

La tripulación constaba del comandante, dos oficiales, 14 marineros y maquinistas.

Su fuerza motriz la constituían motores diesel a petróleo y nafta, y para la marcha bajo el agua llevaba 4 baterías de acumuladores. Pudiendo conducir en depósito 3.000 litros de aire comprimido a 170 atmósferas.

El submarino Isaac Peral, que ostentaba en su popa el nombre del ilustre marino, primer héroe de la navegación, reparación nacional a un glorioso recuerdo, al del primer héroe de la navegación submarina, siendo el mayor de los sumergibles españoles.

Fue construido en 1916 en los astilleros de " Fore River Lhipluildnig D" en Quiney del norte de América, desplazando 512 toneladas en superficie y 700 sumergido. Medía 61 metros de eslora y su casco como el de un torpedero, de acero y doble envoltura.

Iba pintado en color plomo y al costado en letra dorada ostentaba el nombre de Isaac Peral.

Para la navegación en superficie disponía de dos motores diesel que le imprimían una velocidad de 14 millas hora y para la marcha en inmersión contaba con baterías eléctricas, alimentadas por dos series de acumuladores sistema Tudor, siendo su marcha bajo el agua de 11 millas horarias.

Su radio de acción normal era de 3.000 millas, pudiéndose aumentar hasta 5.000. Iba armado de 4 tubos lanzatorpedos y un cañón de tiro rápido de 42mm. Su dotación lo componían 35 hombres distribuidos en la siguiente forma. Comandante, 2 oficiales, 9 maquinistas, 1 contramaestre, 1 artillero, 1 radiotelegrafista y 12 marineros.

El destroyer "Audaz" que acompañaba a los submarinos, fue construido en 1897, de acero desplazando 450 toneladas. Era su marcha de 27 millas por hora. Constituido su armamento por 2 cañones de 75 mm. 2 de 57 mm. 3 de 37 mm. Y 2 tubos lanzatorpedos

Submarinos.

Lo tripulaban el comandante, 3 oficiales y 68 marineros.

Los torpederos Número 1 y Número 14 eran similares, fueron construidos en Cartagena. Desplazaban 180 toneladas pudiendo alcanzar un andar de 26 millas. Cada uno de estos buques llevaba 1 alférez y 29 marineros.

El sábado 5 de junio, a las seis de la tarde llegaron a nuestro puerto, en la entrada del mismo se sumergieron los submarinos, y al hallarse frente a cala Figuera y sa Punta, salieron a la superficie, maniobra que fue admirada por todo el pueblo que demostró su entusiasmo con estruendorosos aplausos y elogiando a los valerosos marinos, mientras tanto la banda municipal y la militar tocaban la marcha real.

Baixamar, era una auténtica fiesta, familias enteras con sus mejores galas paseaban, entre los coches que hacían lo propio. Las señoras luciendo sus mejores galas bajo las sombrillas que las protegían de un radiante sol. Las barandillas de la miranda, repletas de público.

Después de amarrados los buques pasaron a la Base Naval para saludar el Jefe y Comandantes de los barcos al Comandante de marina don José María Oteiza, al alcalde don Pedro Pons Sitges, al presidente de la Liga Marítima don Juan F. Taltavull, al presidente del Ateneo Científico don Antonio Victory y los concejales del Ayuntamiento señores Mir, Albertí, Pons Sintes, Bosch Ponsetí y Olives Verger. Cambiándose atentos saludos mostrándose los marinos muy satisfechos del recibimiento que les tributaban estos habitantes.

El digno e ilustrado jefe de la escuadrilla tuvo que comunicar al señor alcalde, que todas las personas que desearan visitar los submarinos quedaban invitados para hacerlo a partir del día siguiente de 10 a 12 de la mañana y de 2 hasta el anochecer, agradeciéndole el señor Pons Sitges la atención dándole las mas expresivas gracias.

Conforme ordenó el señor Ministro de Marina, la bandera que debía regalar el excelentísimo Ayuntamiento en nombre del pueblo fue entregada al submarino "A2". Por tener ya la suya el "A1" que fue el primero en entrar en el puerto.El local social La Liga Marítima, invitó a una cena íntima a los jefes de los buques de guerra, finalizada la misma se celebró un lucido baile amenizado por un notable sexteto de seis profesores. Para mayor comodidad de los concurrentes se pudo disponer desde las nueve de la noche de un servicio de coches situados en la plaza del Príncipe.El conserje del establecimiento sirvió bebidas y comidas a precios económicos.

Días después, la prensa publicó el menú que se sirvió:

Sopa a la marinera, frito variado, langosta a la mayonesa, rost beef, ensalada a la americana, fruta helada, helados, café y habanos. Todos los comenasales quedaron muy satisfechos de la cena, admirablemente servida, que acreditó una vez más al inteligente cocinero Antonio Alcocer.

Con la misma fecha en el elegante salón del casino mahonés, se reunieron distinguidas señoras y señoritas y se organizó un lucido baile de sociedad, al que concurrieron los señores jefes y oficiales de la escuadrilla.

También la Sociedad Iberia agasajó con un baile dado en la amplia y elegante sala del Trianón a las clases subalternas con destino en los submarinos y buques que les convoyan.

Por aquellas mismas fechas el señor gerente de la Eléctrica Mahonesa S.A. don Francisco F. Andreu, se desplazó, para adquirir un potente motor de doscientos caballos para instalarlo en la central a fin de proporcionar más fuerza motriz a los números abonados.

Salieron las barcas del bou después de muchos días de paro a causa del mal tiempo. A estos humildes y activos obreros del mar no les favoreció la suerte en 1920. Una vez por el mal tiempo y otra por falta de viento, fueron muy pocas las ganancias de la presente y casi finalizada época, de la pesca del bou. A la vez que se procedía a los trabajos preparatorios para instalar un motor de seis caballos de fuerza en el laud "Concepción" propiedad de don Narciso Mercadal.