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Esta es una noche para respetar los sueños inocentes de los niños y niñas y de invitar a los padres a vivir la ilusión que han de compartir con los Reyes Magos. Es una noche para olvidar las rutinas y las penurias que las acompañan y dar sentido a la fantasía, a la sorpresa, a la imaginación. No hay crisis que pueda con la capacidad de ilusionar que tienen los Reyes Magos en su visita a todas las poblaciones de la Isla. Aunque ellos también sufran la recesión, saben que lo importante no es la cantidad de regalos, ni su valor económico, sino la alegría que despiertan en los niños y niñas.

Esta noche vale la pena tener un recuerdo para aquellos pequeños que no tendrán la oportunidad de recibir la visita de los Reyes, que quizá no tendrán un regalo, ni un sentimiento que les haga sentirse queridos. En un mundo donde crecen las desigualdades, los privilegiados no pueden olvidarse de los inocentes que no cuentan con las mismas oportunidades.

Los Reyes Magos de este año serán más austeros, pero no dejarán de ser generosos, sobre todo en el sentimiento de compartir la ilusión por un regalo, tanto por parte de quien lo recibe, como de quien lo da.