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El comunicado de la banda terrorista ETA, conocido ayer, podría ser importante pero ahora mismo no lo es, porque nada cambia con relación a la situación en que se encuentra la lucha contra el terrorismo y los límites para la defensa de las ideas políticas en las instituciones públicas. El anuncio de un alto el fuego era esperado y podría tener trascendencia si significa el primer paso para entregar las armas y poner fin a los atentados y a la actividad terrorista. Ahora mismo es claramente insuficiente, por el contenido y por el tono. No es admisible que los terroristas reclamen democracia y persistan en su idea de alcanzar acuerdos políticos. Ya es más que evidente que los pactos se alcanzan en las instituciones y que no hay mesas de negociación posibles fuera de ellas. La insuficiencia del comunicado ha de impedir que quienes no condenen el terrorismo y rechacen la existencia de ETA puedan presentarse a las elecciones y tener representación social. El amplio acuerdo político, que abarca al PNV, es la mejor garantía para que los terroristas y quienes les disculpan entiendan que solo hay un camino para la normalización. Nada es posible si hay pistolas encima o debajo de la mesa.