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El turismo senior que hoy abre la temporada de invierno y primavera en Menorca presenta unas cifras razonables que permitirán la actividad en tres complejos hoteleros. Este programa traerá unas 30.000 personas, con una ocupación media diaria de 2.400 plazas hasta el mes de mayo, según los cálculos de la patronal hotelera. Son números menores y el beneficio no va más allá del empleo que generan merced a la actividad invernal de instalaciones pensadas para el verano y su repercusión en la oferta comercial y complementaria, pero en la actual situación socioeconómica los propios empresarios valoran la cuestión laboral por encima de otros resultados y circunstancias. La modestia con que se analiza la campaña mejora con unas expectativas de incremento en los próximos años y la incorporación de más hoteles como consecuencia del aumento de la demanda que registra este destino.

Por el contrario, el programa de turismo senior europeo, esperado como importante complemento del nacional, no muestra por el momento el mismo impulso. Es probable que la oferta invernal menorquina sea inferior a la mallorquina e ibicenca y la de otros destinos, pero quizás la causa del revés se halle en una promoción deficiente.