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Con una crisis económica que galopa cual corcel apocalíptico, resulta admirable que tengamos en nuestra isla emprendedores que sean capaces de publicar un libro del arte pictórico en Menorca en edición de lujo, de gran formato, con muy buena calidad de papel y excelentes fotografías de las obras representativas, la coherencia y la cohesión de los textos escritos es muy notable. Se dice, que un buen libro es aquel que se abre con expectación, y se cierre superando todo lo que nuestra curiosidad imaginó al abrirlo. Hemos de confesar que en nuestro caso se han superado ampliamente la esperanza que tuvimos nada más verlo expuesto en las librerías. Menorca pintores de hoy, será un libro muy útil para los que tengan vocación docente, hallarán en sus páginas abundante y muy interesante documentación, en este libro guía se analiza la realidad presente de una amplia representación de nuestros artistas, de sus estilos y técnicas, muy útil también para las personas que quieran tener documentación para consultar en futuras exposiciones, para los que no posean un conocimiento y quieran saber lo que se pinta en Menorca, ¡no lo duden este es su libro!. Decía Anastasius Grün, "Puede ejercitar el arte solamente el elegido, amarlo cualquier nacido" (no conocemos a nadie que muestre una indiferencia total por el arte). Los que tenemos debilidad y adquiridos algunos conocimientos de la pintura menorquina, notaremos algunas ausencias notables: Fedelich Bosch, Vives Campomar, Sansuguet...

Los autores de tan espléndida obra lo han dejado bien claro, no están todos los artistas que ellos hubieran deseado, pero sí que nos muestra una amplia representación de lo que quieren y saben hacer cincuenta personas que han hecho de la pintura su medio de expresión habitual revestida por ojos y manos de artista. Ya lo dijo José Ortega y Gasset "La persona dotada para el cultivo del arte nos da una visión más plena, más completa de los objetos que la lograda en nuestro trato cotidiano con ellos". Las fichas artísticas de estos autores son muy completas, con un lenguaje entendible que se agradece, y decimos bien, porque en una obra tan ambiciosa como esta hubiera sido fácil caer en la tentación de subliminarla con tecnicismos académicos, y arroparla del entramado lenguaje que se suele usar en demasiadas ocasiones, creando opiniones confusas y criterios interesados. Sobre esta cuestión, Antoni Tàpies ha manifestado en alguna ocasión "La mayoría se acerca al arte con ideas preconcebidas, pero uno debe venir al arte con la mente abierta, sin referencias ni teorías intelectuales, simplemente escuchando a los sentidos" sabias palabras sin duda. Es una satisfacción poder recomendar este libro, es una oportunidad única de poder contemplar juntos a estos artistas que tanto han contribuido a la evolución de nuestro arte isleño.