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Es fácil adivinar que la mayoría de lectores, observaron el error. Imposible lo de 42, demasiados metros para una falúa real. Antaño se creía en los duendes, yo me decanto por las brujas de los logotipos y las rotativas, pero como dicen las mujeres des Talaiot de Trepucó, en la actualidad la cosa es diferente, se habla de virus, lo de mi equívoco fue diferente, di a la tecla cuarta en vez de la primera, por lo que pido disculpas, es imperdonable que tras leerlo varias veces, diera por seguro lo del 12. Pero mi sorpresa ha sido mayor, según informes recién descubiertos, hubo un tiempo que se llegó hablar de 12,90, cuando las últimas noticias me dicen que su total son 15, "a vam qui ho aclareix a açò".

Fue mi amigo Javier Hernández Montesinos, quien me alertó del equívoco, motivo por el cual, me visitó, pudiéndole enseñar las hojas de aquellos antiguos periódicos del Diario de Menorca, que gracias a J. Hospitaler, años después Llabrés Bernal, amante de todo cuanto tiene que ver con el mar, pudo hacer un trabajo de agradecer, transcribiendo lo publicado, ofreciéndolo al público en forma de un pequeño librito. Gracias Javier, te invito a que me visites más a menudo, es un placer el intercambiar y charlar con el nieto del célebre escritor, pintor, dibujante, a la vez que archivero mahonés.
Para los menorquines, de manera especial los mahoneses, es un placer visitar el museo de Falúas en Aranjuez, conocido popularmente como La Real Casa de Marinos, construida bajo el reinado de Felipe V, a orillas del río Tajo, una atarazana con el fin de servir de cobijo a las falúas y embarcaciones menores, que eran utilizadas por los reyes en sus días de asueto, lejos de Madrid, gozando de la placentera navegación por el río.

Continúo copiando los datos de la falúa conocida como la Mahonesa, regalo de nuestra ciudad a la reina Isabel II, en su visita y que aquí inauguró:

La falúa fue construida en nuestro arsenal bajo la dirección del acreditado constructor don José Tudurí de la Torre. Con el apoyo de don Antonio Olives y Pons el creador de las esculturas y cuantos adornos lleva la misma, acreditado hombre iniciado en las esculturas de marès, decantándose por la madera y tapices, más tarde dedicado al tema marino. Olives Pons, era el encargado en el Arsenal de finalizar cuanto construían los maestros de ribera.

El día primero de diciembre de 1862, salió de Alicante con destino a Madrid, en el primer tren de mercancías, el señor Tudurí constructor y conductor encargado de presentar a S.M. la elegante falúa, acompañándole uno de sus empleados con el que tenía depositada gran confianza, Pedro Federico Roca.

Fue el 13 de aquel mismo mes, que en el estanque del Retiro se efectuaría la botadura de la embarcación. Al arribo de la misma a la Corte, nuestro diputado el Excelentismo Sr. D. Francisco de Paula Vassallo, a quien el ilustre ayuntamiento había conferido poder especial para el acto de la presentación a SS.MM. lo había verificado expresándose en los términos siguientes:

Señora, vuestra leal ciudad de Mahón por conducto del Diputado a Cortes, tiene la honra de presentar a V.M. la falúa que la natural benevolencia de V.M. se dignó aceptar de su Ayuntamiento en ocasión de visitar la isla de Menorca. Desea aquel Ayuntamiento y los menorquines todos que tan pequeña dádiva sea del agrado de V.M. pues no poseyendo aquellos isleños cosa de más valor que esta industria, una muestra de esta le ofrecen a V.M. para eterno recuerdo de su visita, y también de la fidelidad y del afecto que a VV.MM. profesan.

A estas palabras S.M. la Reina se dignó contestar que agradecía mucho el obsequio que le hacía la ciudad de Mahón y que el señor Diputado diera las gracias en su real nombre a todos los habitantes, a los que como a los demás menorquines no olvidaba, aun sin la falúa, testimonio de la lealtad que le habían demostrado y su majestad el rey se expresó en los mismos términos repitiendo las gracias y su recuerdo.

Al regresar a mahón el constructor, alabó la satisfacción de la ayuda que le había prestado la marinería de la armada, se trataba de un cuerpo destinado a las Reales Falúas, era su comandante José Miguel Sotelo y Gordoqui.

Durante un tiempo permaneció en aquel paraje, pasando a la Casa de campo, hasta que por fin la arrinconaron donde se halla actualmente. Decían nuestros mayores que jamás se la vio navegar por el Tajo en su tramo que baña Aranjuez.

El miércoles 26 de diciembre de 1866, seis años después de venir la reina, en la capilla privada de la casa rectoral de Santa María de nuestra ciudad, tuvo lugar el acto solemnísimo de ser cruzado caballero de la esclarecida orden americana de Isabel la Católica don José Tudurí de la Torre, inteligente constructor naval. Presidido por el señor Subgobernador civil D. Estanislao Joaquín Pintó y autorizado por el notario público D. Nicolás Orfila. Bendijo las insignias y la espada el cura párroco D. Juan Pons y Fábregas, asistiendo como padrino D. Julio Soler y como testigos D. Juan Taltavull primer teniente de alcalde, D. Ramon Ballester abogado y D. José Cofre contador de aduanas, comendadores unos y caballeros otros de diferentes órdenes distinguidas.

En el Museo Marítimo de Madrid, se puede contemplar el invento realizado por José Tudurí de la Torre (Mahón 1816-1881) Se trata de un aparato para maniobrar en la arboladura de los buques cuadros.

A cuantos se interesan por nuestras cosas y deseen saber de José Tudurí de la Torre, al que el pueblo llamaba "en gravat", de su hermano Miguel y de Jerónimo, padre de los mismos, acudan al libro de la Marina de Antaño, notas para la historia de Menorca 1769-1905, donde encontrarán cuanto les interese de manera certera y fiable, a fin de cuentas en lo que se ha estado publicando hasta el momento para la edición de un libro premiado, nada han investigado, está copiado literalmente de Llabrés Bernal, lamentando que ni tan siquiera se le cite.