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La sentida despedida de Tico González ha sido el empujón que precisaba para escribir del "milagro" del Club Volei Ciutadella que es, a pesar de su buen hacer y del apoyo de los "plumíferos" deportivos de esta casa, la Cenicienta del deporte menorquín.

En un tiempo en que las subvenciones, públicas y privadas, y como consecuencia del difícil momento económico que atravesamos, se han visto considerablemente reducidas, el "Valeriano Allés" está cumpliendo sobradamente todas las expectativas, fruto de una perfecta planificación que le ha permitido "treure blat" de un terreno baldío.

El volei no es un deporte mayoritario ni en nuestro país ni por supuesto en Menorca e incluso, en ocasiones, se ve arrinconado por el todopoderoso fútbol y a rueda de otras modalidades deportivas como pueden ser el básquet, el tenis, el ciclismo, etcétera, etcétera … pero aquí y en base a una planificación envidiable y a pesar de los escasos recursos económicos -más voluntad que euros- ha sabido ganarse el respeto y la admiración de todos cuantos consideramos esencial al deporte en la formación de la juventud y como escuela de ciudadanía.

Me viene a la memoria los inicios del básquet en Menorca; años aquellos en que el llamado baloncesto se practicaba en una improvisado cancha en la plaza des Born de Ciutadella, con el "Cubano" como jugador-entrenador, o en la plaza de Sant Climent frente a la iglesia parroquial o en el patio del Colegio "Primo de Rivera" en Maó; hoy el Menorca Básquet, un equipo ACB enraizado en la sociedad menorquina, es el fruto de aquella siembra que posteriormente germinó en los dos grandes clubes mahoneses, el CD Alcázar y el La Salle, lo que viene a confirmar que cuando el esfuerzo, el trabajo y el compromiso son reales, la "cosecha" es de la mejor calidad … para mí el ejemplo del básquet, un deporte prácticamente desconocido en aquellos años, y que hoy es una luminosa "estrella" debe servir de acicate para quienes se afanan para que el volei no solo sea conocido a través de la prensa sino también desde las gradas del polideportivo de Ciutadella, pero también practicado, porque toda modalidad deportiva debe cimentarse en las dos vertientes, la de práctica y la de espectáculo.

El "milagro" del CV Ciutadella es la confirmación de que el esfuerzo de unos pocos hace posible que un deporte minoritario cobre carta de naturaleza y se convierta en "algo" que de prestigio a un pueblo y aporte un aliciente más a la juventud.

No centrarnos en los deportes de siempre debería ser un objetivo prioritario para que el deporte crezca y ofrezca argumentos suficientes a la juventud para, de esta forma, pueda llenar sus ratos de ocio y deseche tentaciones perjudiciales, para ir creciendo como personas responsables dentro de una sociedad que pretende ir hacia un futuro más esperanzador que este presente poco solidario.

Con mi admiración y mis mejores deseos para el CV Ciutadella, un club "menor" en tamaño, pero "grande" en calidad deportiva y humana, apuesto por ese mañana más luminoso y compartido.