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El dique de Son Blanc abre ahora un debate previsible y que cuestiona la planificación del transporte marítimo. Las navieras de pasajeros afirmaron ayer su interés por desplazar a Ciutadella rutas que ahora se cubren desde Maó y ampliar con trayectos nuevos las comunicaciones con puertos peninsulares. Es evidente que la creación de una infraestructura de tanta importancia como un nuevo puerto ha de crear nuevas demandas y ha de ser un factor de dinamismo económico. Sin embargo, afecta a la planificación del transporte marítimo en varios aspectos: reducirá la actividad en Maó, sin que se hayan potenciado otras alternativas como el turismo de cruceros, que también precisa de nuevas infraestructuras; y, por otra parte, el puerto de Son Blanc no reúne condiciones para albergar los barcos de más de 150 metros de eslora de Baleària y Acciona, navieras interesadas en operar desde Ciutadella. Limitar el objetivo del dique a trasladar los barcos desde el interior del puerto al exterior se comprueba que era una quimera, que no se ajustaba a las expectativas del transporte marítimo. Menorca cuenta ahora con dos puertos con opciones comerciales. Habrá que definir las posibilidades de desarrollo de cada uno de ellos en beneficio del conjunto de la Isla.