Petrel, embarcación construida por Juan Petrus Marqués, carpintero de ribera - Archivo M. Caules

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El domingo 16 de septiembre de 1860, a las diez de la mañana, entró en nuestro puerto el magnífico vapor de la marina imperial francesa "Aigle", con bandera de contraalmirante.

A los pocos momentos de haber dado fondo se esparció la voz de que SS.MM. el emperador y la emperatriz de los franceses se hallaban a bordo. Por aquellas fechas, Menorca entera anava de bòlit, se esperaba la llegada de la reina de España, el príncipe consorte, acompañados de un gran séquito y su hijo mayor Alfonso XII de corta edad, jamás se había vivido tan de cerca, la fastuosidad que significaba la realeza.

El articulista a bordo de un bote se acercó hasta el imponente buque, donde se hallaban el emperador y la emperatriz de pie sobre un alcázar reservado al parecer para SS.MM. y cuyas escaleras se hallaban alfombras de damasco carmesí con flores de relieve, devolvían afectuosamente los saludos de las muchas personas que acudían igualmente a ver el buque.

Dice el periodista. Nuestra proximidad a él nos permitió oír el acento español castizo puro y melodioso en boca de la Emperatriz, que preguntaba a un ayudante del puerto… ¿En que parte esta la catedral? – Y ese edificio? Señalando el Carmen… A la vez que aquel le iba informando:

Majestad, la Catedral se encuentra en Ciudadela, una hermosa ciudad que se halla en el otro extremo de la isla, de difícil acceso y aquel edificio, se trata de una iglesia llamada del Carmen, donde se encuentra un claustro y convento de frailes carmelitas. Debió finalizar la conversación al recibir la visita del señor Comandante militar de marina y aun cuando el Aigle había vuelto a emprender la marcha, se paró de nuevo para recibir al Excelentísimo señor Gobernador, y al capitán del vapor de guerra español Patiño. El buque imperial salió sobre las once de la mañana de este puerto.

Los mahoneses van quedar ben xescats, creían esperarían al día siguiente en que llegarían los reyes de España.

El Semaphore de Marsella, en su despacho telegráfico de Madrid, con fecha 17, aseguraba que el emperador Napoleón desembarcó el día anterior en Mahón después de haber dejado una carta para que fuese entregada a la reina española Isabel II. Lo de la carta es exacto según hemos podido oír a personas que estaban enteradas del desembarco del "Aigle", que estamos totalmente en desacuerdo, ya que durante la hora que permanecieron anclados frente la Cala Figuera no bajaron para nada. Mientras unos periodistas dejaron escrita una noticia, las anotaciones de otros no es semblen gens ni mica.

La llegada de la emperatriz Eugenia levantó pasiones, de ella se pudieron leer miles de renglones para todos los gustos. Mientras unos la definían como la española más hermosa, otros, entendidos en el tema, de manera escueta decían que era una más del montón.

Al visitarnos, tan solo hacía siete años que se habían casado y eran padres de un niño de dos. Su vida fue un duro calvario, que muchos han comparado con su sobrina la duquesa de Alba. Añadir que el puerto de Mahón, a finales de 1940 tuvo que ver y mucho con la emperatriz Eugenia de Montijo.

Mi buen amigo y siempre admirado Juanito Petrus Marqués construyó una embarcación muy parecida al popular snipe, que bautizó como Petrel. Para cuantos lo desconozcan, informarles que Eugenia de Montijo siempre que viajaba por mar era seguida por aquel Petrel, al que se le podría llamar, su guardarropa, la nave trasportaba sus maletas, infinidad de baúles, sus joyas y a un hombre muy importante para la bella mujer, Félix, su peluquero.

Por supuesto que el Petrel entró en nuestra rada al hacerlo el Aigle, buque insignia. Tal vez fue por ello que Petrus dedicó su trabajo a lo que durante tantos años significó mucho para la emperatriz, que cambió las aguas del Guadalquivir por el Sena y que tantas descalificaciones debió soportar. La anciana emperatriz falleció el verano de 1920 a los 94 años de edad. Siendo enterrada en Inglaterra, en la cripta imperial de Saint Michael's Abbey, en Franborough, con su esposo y su hijo de quien la vida le dio tan pocas oportunidades de poder disfrutar. Hace tiempo que sobre ella leí: Así, los restos mortales de la controvertida aristócrata nacida en Granada, que llegó a emperatriz de los franceses, reposan para siempre lejos de su patria, la que abandonó en su juventud, para una corta temporada y no regresó jamás.

Gracias a dar a conocer mi correo electrónico, tengo la oportunidad de recibir contactos de per tot i de molt enfora. Entre ellas, una inglesa casada con un inglés hijo de menorquín y madre inglesa, residentes en China, me ha pedido le explique cuanto sepa del Princesa de Asturias. Interés que le ha movido al leer semana tras semana la historia de la visita a Mahón de Isabel II.

La proyección de construir una fragata a vela, se inició en 1852. Pensada para llevar 50 cañones. El 13 de mayo de 1853, le fue colocada la quilla en un importante arsenal español, el de la Carraca. Un año mas tarde hubo que modificarse la idea inicial, autorizando fuera fragata de hélice. ( Para ello hubo que ampliar el codaste y desarmar las cuadernas para alojar la máquina que se había propuesto fuese colocada al navío Francisco de Asís, siendo botado el 17 de noviembre de 1857.

Dice la enciclopedia que el casco de 460 toneladas. Era de madera, de construcción mixta y podía transportar en sus carboneras un máximo de 460 toneladas. La capacidad de los 37 aljibes de agua potable le daba una autonomía de 27 días y 552 tripulantes, a razón de cuatro cuartillos por tripulante al día. Su coste ascendió a 4.792.243,81 pesetas.

Su primera prueba de mar se celebró en Cádiz el día de Todos los Santos de 1859, clasificándolo como buque de 1ª clase. Su destino en la escuadra de operaciones de África, llegado 1860 arboló la insignia del jefe de la Escuadra Joaquín Gutiérrez de Rubalcava, su capitán de fragata Manuel Costilla Asensio.

Características generales:
Eslora 68,914m. Manga 15´232. Calado 6,50.
El armamento en 1859: 10 cañones de 68 libras (20 cm.) 26 de 32 libras (16 cm.) 5 cañones de bronce (para las embarcaciones auxiliares).
1868: 10 cañones Rivera nº 2 de 20 cm. 18 de 16 cm.
1 Rivera nª 1 de 20 cm. Montaje de colisa.
Hacia 1900: 1 cañón Krupp de 8 cm.
1 Hontoria de 7 cm.
1 Skoda de 47 mm.
1 Nordenfelt de 42 mm.
1 Sarmiento de 42 mm.
1 cañon revólver Maxim de 37 mm.
1 Hotchkiss de 37 mm.
1 ametralladora Nordenfelt de 11 mm.
Propulsión:
Máquina de vapor Jonh Penn & Son 360 CV nominales.
2.400 Cv. indicados
1 hélice
Aparejo de 46 velas con una superficie de 2.400 metros.
Velocidad.- 9,5 nudos a máquina
10,5 nudos a máquina y vela.
Tripulación 485 hombres
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margarita.caules@gmail.com