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El desarrollo turístico, como motor económico, es una de las cuestiones que al inicio de la temporada y en estas semanas de campaña electoral cobra especial relevancia. Es un buen momento para resaltar la importancia de la formación. Se detecta en la sociedad menorquina un cambio de mentalidad respecto de este sector. Se había consolidado el tópico de que el acceso al mercado laboral del turismo era fácil y posible con escasa formación. Muchos jóvenes han abandonado los estudios a la búsqueda de un sueldo de camarero. Sin embargo, hoy muchos de estos jóvenes descubren en la formación turística una oportunidad para prosperar en un sector que tiende a incrementar su peso en la economía insular y que precisa de profesionales competentes. Existen ya recursos formativos, la Escuela Oficial de Idiomas, la Escuela de Turismo Felipe Moreno, los estudios de Hostelería del instituto Maria Àngels Cardona y todos ellos tienen la posibilidad de ampliar su oferta. Hay que analizar las necesidades de especialización, ya que el sector diversifica su actividad y precisa de personas preparadas para la mejora de los nuevos productos. La mayor sensibilidad hacia la formación profesional en el sector turístico es una buena noticia.