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El motor de la economía menorquina va a ser cada vez más el turismo, uno de los sectores que más empleo genera y que tiene un efecto transversal en la generación de renta. Menorca precisa de una visión clara sobre el futuro que queremos y para ello es necesario un pacto turístico a desarrollar durante una década, que ahora permita ver los objetivos y que después muestre el camino recorrido. Corresponde al Consell promover el acuerdo político, que al final ha de ser socialmente reconocido, es decir asumido por el conjunto de la sociedad para poder llevarlo a cabo. Este pacto, que el PP ha planteado en su programa electoral, ha de cumplir algunas condiciones: ser sostenible en el tiempo; ha de servir para desestacionalizar la actividad turística; y ha de aportar valor añadido a Menorca como destino vacacional. Al final, las medidas que se apliquen orientadas a esos objetivos mejorarán la competitividad de nuestra economía. Para ello, habrá que dar especial importancia a los factores únicos que ofrece la Isla y que han de definir nuestra marca propia en los mercados emisores, como son el puerto de Maó, el caballo menorquín y el patrimonio arqueológico e histórico, por poner algunos ejemplos. El pacto turístico es el primer paso que marca el camino.