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Caritas Diocesana ha inaugurado las segundas jornadas dedicadas al hecho migratorio, bajo el lema de "Juntos en la diversidad". Esta organización de la Iglesia abre puertas para introducirse en una de las cuestiones de mayor trascendencia por la transformación social que ya está representando en nuestra Isla y en todos los países del primer mundo. Lo hace, como casi siempre, nadando contra corriente, puesto que en toda Europa crecen movimientos de rechazo a los inmigrantes y propuestas para incrementar el control en las fronteras. En tiempo de crisis, el terreno está abonado. Por este motivo, es más necesaria la reflexión que permite mirar a los extranjeros como personas y que analiza las causas que llevan a situaciones injustas de discriminación. El presidente de Justícia i Pau de Catalunya ha puesto sobre la mesa algunas de las contradicciones actuales: Los gobiernos de los países ricos se negaron a aportar 50.000 millones de dólares anuales para luchar contra el hambre y en cambio han inyectado 2,7 billones a los bancos para evitar los efectos de la crisis financiera. La inmigración tiene consecuencias económicas, es evidente, pero no se puede prescindir del valor de la justicia.