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El sábado por la noche asistí a la fiesta de aniversario de Musikbox, una nave en el polígono de Sant Lluís en la que ensayan numerosas bandas menorquinas. Hacía falta un espacio así porque, hasta ahora, muchos de los grupos tenían que conformarse con húmedas cocheras o locales en los que debían montar y desmontar por miedo a que les robaran los instrumentos. El caso es que los miembros de Dirty Pants o Nonasound, entre otros, tocaron frente a un numeroso público encantado de que en Menorca vuelvan a organizarse eventos de este tipo. Hubo unos años, durante los 90, en los que no había un fin de semana que no se organizara un concierto. Había locales donde tocar, no se ponían tantas dificultades a la hora de conseguir permisos y, en general, la gente contaba con más iniciativa. El sábado, durante una de las actuaciones, acudió la Guardia Civil, no sé si simplemente a comprobar que todo estuviera en regla o porque algunos vecinos se habrían quejado. Ese es el problema, siempre son quejas y más quejas. Algunos asistentes aseguraron estar sorprendidos de que hubieran permitido dicha celebración en el polígono. "Debe ser porque las elecciones están cerca", comentaba uno. Por fin, desde hace unos años, ha vuelto a resurgir en la Isla ese movimiento musical que muchos tanto añorábamos. Quizá los grupos no compartan estilo pero les une la ilusión de mostrar lo que realizan. Vamos a facilitarles el camino.