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El sistema de gestión de los aeropuertos experimentará una gran transformación en los próximos años para conseguir su modernización y competitividad. La entrada de capital privado, hasta un 49 por ciento; la gestión de las sociedades filiales (Barcelona y Madrid); la liberalización del control aéreo, ya en fase experimental, son elementos de este cambio, que también afectarán al aeropuerto de Menorca. Este modelo pretende un interesante equilibrio entre una gestión más moderna impulsada por el capital privado y la participación de las administraciones autonómicas y locales. La creación de los Comités de Desarrollo de Rutas Aéreas (CDRA) se inscribe en este nuevo sistema y sobre todo pretende mejorar la gestión comercial, vender fuera la oferta de cada aeropuerto y conseguir abrir nuevas rutas y atraer a nuevas compañías. Desde este punto de vista, el CDRA que se creará en Menorca no servirá para reducir el coste del transporte aéreo en los vuelos interinsulares, por ejemplo, lo que debe conseguirse por otras vías ya existentes, como la revisión de la declaración del servicio público. Por otra parte, se nota a faltar una mayor presencia privada en el Comité de Rutas, ya que solo está integrada la Cámara de Comercio.