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Vuelvo de mi cafetería favorita. La que tengo cerca, aquella en la que la gente es amable, los precios razonables, y una mujer a la que le tocó crecer deprisa lucha a brazo partido para mantener una familia a la que la mala suerte golpeó con saña.

He comido rápido, y vuelvo a mi oficina. Paso por la Plaza Colón. Dios, mío, son apenas seis, y el follón que tienen montado…. Entro en Es Carrer Nou, mi calle.

No son las cuatro de la tarde, pero la gente se mueve. Nosotros, los comerciantes, por supuesto. Poco público, pero abrimos pronto, o trabajamos a puerta cerrada, para adelantar. Ilusos. Todavía creemos que habrá mucha gente esta tarde, que, como todas las tardes, será, seguro, una tarde más para el olvido. Y seguimos esperando el verano….

Joana, la peluquera, me dice desde lo alto:

-No te preocupes, ahora bajo a limpiar….

Miro a cada lado, y no veo a nadie. Me lo dice a mí, seguro.

-¿Hablas conmigo? No te preocupes. Tienes el balcón más bonito de la calle…..
Los geranios son una alegría, o una esperanza. Joana está cortando las flores pochas, adecentando las macetas.

Joana, no se si la recuerdan, es la peluquera d'Es Carrer Nou. Me paro, y hablamos un momentito. Seguramente vemos los toros desde distintas barreras, pero son toros igual, y nos pillan a todos.

-¿Cómo ves las cosas?- me pregunta. -¿Se arreglará todo?

Y yo, tal cual soy, le contesto.

-¿Conoces soluciones mágicas? Si fuera tan fácil…..

Y le explico. Que no creo, ni he creído nunca, que las soluciones nos caigan del cielo. Que no son los políticos quienes nos devolverán la ilusión, sino la fe en nosotros mismos. Que hay que sembrar, regar, podar las pequeñas empresas, como lo hace ella con los geranios...

Que los empleos volverán cuando la gente comprenda que hay que empujar la rueda para que ruede.

Que los empleos volverán cuando los pequeños comercios veamos un atisbo de esperanza.

Que los empleos volverán cuando perdamos el miedo, y nos lancemos.

¡Ay! Pero hoy es día 30, de un mayo que está ahí, y esto es lo mejor que podemos decir de este mes. Ha pasado sin pena ni gloria para los pequeños negocios, para la gente parada, para los estudiantes que buscan. Nada, o casi nada, ha cambiado desde el 30 de abril.

Aquí estamos, rebuscando soluciones para seguir un mes más luchando. Nunca los meses son tan cortos como cuando has de pagar nóminas, seguridad social, alquileres….cuando otras personas y familias dependen de ti.

¡Ah, sí! Mayo es diferente. Este mayo en especial . Mayo de elecciones, mayo de cambios, mayo de esperanzas.

Pero…. ¿Cómo podrán hacerse realidad? Leo en la presa local que durante tropecientos días los menorquines pagaremos dieciséis mil euros diarios por lo comido, lo servido, lo no digerido…..

Qué difícil forma de empezar, aunque se haga con ilusión.

Suerte, solo cabe desear suerte para todos. Que este verano nos roce con el mejor de los deseos, que consiga dar a nuestra piel el color perfecto de la esperanza, que nos llene la cabeza de proyectos e ilusiones, que nos haga volar un poquito más alto y tocar tierra, después, con suavidad, que la tramontana nos transforme y nos haga más sutiles, que el Mediterráneo nos limpie con sus aguas tranquilas, que todo esté donde deba estar.

Pero no nos engañemos: para que la inspiración nos pille, ha de pillarnos trabajando.
Joana, en su peluquería. Luciana, montando el más bonito escaparate de la calle. Tino, de lado a lado, vigilando que todo esté en su sitio. Joan, convenciéndonos de que la vida es más bella desde el mejor televisor en color. Lola, ofreciendo el mejor entorno para los sueños. Los hermanos Gomila, convenciéndonos un año más de que este año es seguro, nos toca la lotería… y mientras, no paran un segundo…. Bel, volviendo fáciles los pasos, Ana y Agnés, tapando nuestras arrugas con los mejores diseños, Magda, embelleciendo un tramo de Sa Ravaleta, Marga, colocando bestsellers que nos ayudan a eludir el día a día, Juan e Isabel, cada uno en su inmobiliaria, José y María Jesús endulzándonos las horas…..

Y tantos y tantos otros que nos dejamos la piel para que este centro, este corazón de Mahón sea apetecible para todos.

Desde todos los colores, desde todas las posibilidades. Desde un lado o el otro de la barrera: luchando todos juntos…..y revueltos, si hace falta.

Construyendo la ciudad, Mahón, desde la esperanza.